Escherichia coli
E. coli es una bacteria de la familia de las enterobacterias que se encuentra en el tracto gastrointestinal de humanos y animales de sangre caliente que, aunque la mayoría de las cepas son inofensivas, en algunos casos puede originar enfermedades graves.
La Escherichia coli, también conocida como E. coli, es una bacteria Gram-negativa que habita en el tracto gastrointestinal de humanos y animales de sangre caliente. Existen muchas cepas de esta bacteria pero tan sólo algunas de ellas pueden causar enfermedades en el ser humano. Dichas enfermedades se producen por el contacto con alimentos o bebidas contaminadas por eso es de gran importancia tomar una serie de medidas para evitar el contagio.
¿Qué es?
La Escherichia coli, también conocida como E. coli, es un bacilo gramnegativo de la familia de las enterobacterias que se encuentra en el tracto gastrointestinal de los animales y las personas. Existen muchas cepas de E. coli, muchas de ellas inofensivas pero algunas como la E. coli O157:H7 produce una poderosa toxina, llamada Shiga, que puede originar enfermedades graves.
Características del Escherichia coli
Como todas las bacteria Gram negativas, la cubierta de E. coli consta de tres elementos: la membrana citoplasmática, la membrana externa y, entre ambas, un espacio periplásmico constituido por péptido-glucano. Esta última estructura confiere a la bacteria su forma y rigidez, lo que le permite resistir presiones osmóticas ambientales relativamente elevadas.
E. coli es una bacteria mesófila, su temperatura óptima de desarrollo se encuentra entre los 35 y 43 °C, es decir en el entorno de la temperatura corporal de los animales de sangre caliente. La temperatura límite de crecimiento se sitúa alrededor de 7 °C, lo que indica que un control eficaz de la cadena de frío en las industrias alimentarias es esencial para evitar el crecimiento de E. coli en los alimentos. La congelación tiene pocos efectos sobre la población de E. coli en el alimento, por lo que no garantiza la destrucción de un número suficiente de bacterias viables para asegurar su inocuidad. Sin embargo, E. coli no sobrevive a temperaturas superiores a 70 °C, por ello, es muy importante la pasteurización de alimentos como la leche, los zumos, etc.
Enfermedades por Escherichia coli
Escherichia coli puede causar infecciones intestinales y extra intestinales generalmente graves, tales como:
- Infecciones del aparato excretor.
- Infecciones de vías urinarias.
- Cistitis.
- Uretritis.
- Meningitis.
- Peritonitis.
- Mastitis.
- Septicemia.
- Neumonía Gram-negativa.
Síntomas de infección por Escherichia coli
El periodo de incubación de la Escherichia coli suele durar entre 24 y 72 horas aproximadamente, y comienza con dolores abdominales y una diarrea intensa, que a menudo está acompañada de sangre. Normalmente los afectados no presentan fiebre (o ésta es muy leve) ni tampoco vómitos.
Por lo general, la enfermedad remite en unos días y, si se trata correctamente, no presenta complicaciones ni deja secuelas. Sin embargo, algunas personas, especialmente los niños pequeños y los ancianos, pueden desarrollar una grave complicación que afecta a los riñones y se conoce como síndrome hemolítico urémico, que puede llegar a provocar la muerte, sobre todo si el paciente está inmunodeprimido.
¿Cómo prevenir la infección?
Lo más importante para prevenir una infección por E. coli es evitar los focos de contagio. Por ejemplo siguiendo las siguientes recomendaciones:
- No beber leche ni zumos que no estén pasteurizados.
- Lavarse bien las manos después de utilizar el baño y, si se trata de un baño público, no tocar nada después de haberse lavado (tapa de la taza, picaporte, grifos…).
- Cocinar la carne picada a temperaturas superiores a 70 ºC y utilizar un plato limpio para servirla. En un restaurante, rechazar las hamburguesas poco hechas.
- Mantener la carne cruda separada de otros alimentos, y limpiar bien con agua y jabón las superficies y los utensilios de cocina después de haber manipulado carne o verduras.
- Tener cuidado de no tragar agua de piscinas, lagos o embalses.
- Beber sólo agua procedente de fuentes que se consideren seguras; si está en un país con medidas higiénicas deficientes, utilice agua embotellada, incluso para lavarse los dientes.
- Lavar muy bien las verduras que se vayan a consumir crudas.
Tratamiento
La mayoría de los afectados se recuperan espontáneamente en un plazo aproximado de una semana a diez días. El tratamiento tiene por objeto controlar los síntomas de la infección, como la deshidratación y las alteraciones electrolíticas producidas por la diarrea así como los problemas renales si se presentan. El uso de antibióticos no ha demostrado ser eficaz para combatir esta enfermedad, ya que el daño principal parece causarlo la toxina (Shiga) y no la bacteria en sí, por lo que no se suelen administrar.
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