Disbiosis Intestinal
La disbiosis es un desequilibrio en la concentración de las bacterias que habitan en la flora natural del intestino. Dicho desequilibrio puede favorecer el desarrollo o empeoramiento de muchos trastornos o enfermedades crónicas y/o degenerativas.
El cuidado de las bacterias que habitan en nuestro intestino y forman parte de la flora natural del mismo, tendrá como consecuencias que nuestro sistema inmunitario sea fuerte y nos proteja frente a virus, bacterias y otros agentes patógenos. Además de lo expuesto anteriormente la flora intestinal también tendrá otras funciones tales como la producción de determinadas vitaminas, aminoácidos, etc. Por lo tanto, un desequilibrio de las bacterias que forman la flora intestinal puede facilitar el desarrollo o empeoramiento de muchos trastornos como enfermedades crónicas y/o degenerativas. Uno de esos trastornos puede ser la candidiasis intestinal, que debido a la disminución de dichas bacterias y unido a otras causas, puede favorecer la proliferación de hongos en nuestro intestino.
La flora intestinal está formada por 100 billones de bacterias, siendo predominantes los lactobacilos y las bifidobacterias cuya concentración se estima que es mayor del 85%. Dichas bacterias son muy beneficiosas para nuestro organismo ya que realizan funciones esenciales para nuestra salud y bienestar. Algunas de esas funciones son:
- Actúa como defensa del organismo reforzando nuestro sistema inmune frente a bacterias y protegiéndonos frente a enfermedades.
- Ayuda al correcto funcionamiento de nuestro sistema digestivo.
- Colabora en la producción de vitaminas B y K, aminoácidos y aporta la energía necesaria para el funcionamiento de nuestro organismo.
- Facilita una correcta absorción de minerales como calcio, hierro y magnesio.
Por lo tanto, una disminución de las bacterias del intestino puede crear algunas patologías de carácter infeccioso como la candidiasis que, además, suele ir acompañada de malas digestiones, fatiga o cansancio, déficit de minerales como calcio y magnesio; entre otras.
Un desequilibrio en las bacterias del intestino puede provocar el desarrollo de trastornos o enfermedades La disbiosis es un desequilibrio en la concentración de las bacterias del intestino, lo que puede contribuir al desarrollo o empeoramiento de muchos trastornos o enfermedades crónicas y/o degenerativas. Dichos trastornos serán predominantemente de carácter intestinal como por ejemplo: distensión abdominal, estreñimiento y/o diarrea, permeabilidad intestinal, colon irritable, etc. Algunas patologías como las migrañas, artritis reumatoide, etc.; que en apariencia no tienen nada que ver con el intestino, también pueden ser causadas por una disbiosis intestinal.
La disbiosis intestinal puede estar provocada por diversas causas como, por ejemplo:
- Infecciones intestinales.
- Edades avanzadas: A partir de los 60 años comienza a descender el número de bacterias beneficiosas.
- Consumo de antibióticos: disminuyen el número de bacterias beneficiosas.
- Sedentarismo.
- Insomnio.
- Tabaco.
- Alcohol.
- Estrés.
- Masticar poco las comidas.
- Consumo excesivo de proteínas y azúcares simples.
- Agentes contaminantes.
- Agua clorada.
- Pesticidas.
- Déficit de ácido clorhídrico o de enzimas pancreáticas.
- Enferdad de Crohn.
- Colitis ulcerosa.
Por lo tanto un desequilibrio de la flora intestinal puede ser el motivo por el cual se desarrollan determinadas enfermedades y desórdenes intestinales como algunos de los que se muestran a continuación:
- Estreñimiento y/o diarrea.
- Infecciones.
- Sistema inmune débil.
- Hinchazón del estomago.
- Gases.
- Síntomas de alergia.
- Fatiga y/o cansancio.
- Artritis.
- Fibromialgia.
- Migrañas.
- Permeabilidad intestinal.
- Síndrome de intestino irritable (SII).
La disbiosis intestinal se puede clasificar teniendo en cuenta las causas que favorecen su desarrollo:
- Asociada a procesos de putrefacción:
Provocada por dietas ricas en grasas y proteínas a la vez que son bajas en fibras solubles. Dichas dietas no favorecen el tránsito intestinal lo que provocará procesos de putrefacción que tendrán como consecuencia el incremento de poblaciones de bacteroides. - Asociada a procesos de fermentación:
Provocada por dietas ricas en hidratos de carbono que son fermentados por las bacterias produciendo ácidos orgánicos potencialmente tóxicos como el ácido acético, ácido láctico y sulfuro de hidrógeno. Esto provoca una disminución del pH del intestino favoreciendo el sobrecrecimiento de bacterias con metabolismo sacarolítico en el intestino delgado. - Asociada a déficits de flora intestinal:
Esta disminución cualitativa y cuantitativa de los microorganismos que constituyen la flora del intestino se asocia principalmente al consumo de antibióticos. Las dietas bajas en fibra soluble también pueden provocar este déficit. Esta carencia se relaciona con el síndrome de intestino irritable y algunas alergias alimentarias. - Asociada a procesos de sensibilización de la flora intestinal:
Este fenómeno se produce en pacientes que experimentan un aumento de la respuesta inmunitaria frente a la flora normal. Esta situación puede estar relacionada con patologías como la inflamación intestinal, psoriasis, acné, enfermedades del tejido conectivo, entre otras.
Una dieta adecuada y hábitos de vida saludable mejorarán nuestra flora intestinal Para restablecer el número de bacterias buenas de nuestra flora intestinal debemos realizar una serie de cambios en nuestra dieta además de seguir unos hábitos de vida saludable. También será importante tomar otras medidas como introducir el consumo tanto de probióticos como prebióticos, realizar ejercicio de manera habitual, beber dos litros de agua todos los días, descansar por las noches, no fumar ni beber, etc. En nuestra sección de remedios tratamos de manera más amplia este tema y para visitarlo sólo tienes que hacer clic en el siguiente enlace.
Lo expuesto anteriormente puede darnos una idea de cómo se ha podido originar una sobrepoblación de cándidas en nuestro intestino. Repoblar o restaurar el equilibrio de nuestra flora intestinal será de especial importancia para recuperarnos de una candidiasis intestinal así como de otras dolencias o trastornos que están relacionados con la misma, como pueden ser: la permeabilidad intestinal, fatiga o cansancio, síndrome de intestino irritable, estreñimiento y/o diarrea, distensión abdominal, etc.
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