Scedosporium
El Scedosporium es un hongo patógeno oportunista que causa una amplia variedad de infecciones en personas inmunocompetentes e inmunosuprimidas además es resistente a la mayoría de los fármacos antifúngicos.
En los últimos años se han ido incrementando las infecciones debidas a hongos anteriormente raros en patología humana pero que han adquirido creciente protagonismo como causantes de infección invasora en pacientes inmunodeprimidos. Así, se considera que los hongos filamentosos distintos de Aspergillus o mucorales, fundamentalmente las especies de los géneros Fusarium, Scedosporium y otros dematiáceos, suponen alrededor del 10% de las micosis por hongos filamentosos en los trasplantes de células hematopoyéticas y hasta un 19% en los trasplantes de órgano sólido. El hecho de que, en general, estos hongos filamentosos presenten mayor resistencia a los antifúngicos disponibles condiciona el tratamiento de los mismos.
¿Qué es?
Los hongos filamentosos Scedosporium están compuestos por diferentes especies, de las cuales tres son patógenas oportunistas clínicamente importantes: S. apiospermum, S. prolificans y S. aurantiacum. Dichas especies generan scedosporiosis especialmente en individuos inmunocomprometidos o pacientes con neutropenia. El Scedosporium spp. se encuentra frecuentemente en hábitats humanizados y con presencia de contaminación.
Características del Scedosporium
Como otros hongos dematiáceos, el Scedosporium se caracteriza por la presencia de un color marrón o negro en las paredes de las hifas, las conidias o ambas, lo cual se refleja en colonias cuyo color oscila entre verde oliva y gris o negro en las placas de crecimiento. Las características microscópicas comunes de Scedosporium son: conidióforos hialinos (largos o cortos), pie de la conidia con anillos hialinos abultados y conidias procedentes de un solo pie con final subhialino ovalado que puede ser único o arracimado.
Manifestaciones clínicas
Los factores predisponentes para la infección por cualquiera de las especies de Scedosporium son bastante parecidos. Las infecciones por S. apiospermum suelen adquirirse a raíz de un traumatismo o herida penetrante, frecuentemente tras la contaminación con suelo o estiércol. También puede ocurrir en contextos de cirugía y procedimientos instrumentales como raquianestesia, inmersión accidental en aguas contaminadas, neutropenia, enfermedad granulomatosa crónica de la infancia, e inmunodepresión celular (trasplante, SIDA, corticoides, etc.). Las infecciones focales por S. prolificans también suelen ocurrir tras traumatismo o heridas penetrantes, especialmente con clavos oxidados. Las infecciones sistémicas por este hongo suelen verse en pacientes neutropénicos o trasplantados y rara vez en drogadictos. En la mayoría de los casos en los que se desarrollan infecciones sistémicas diseminadas por S. prolificans los pacientes padecían neutropenia o fungemia y en su mayoría presentan afectación multiorgánica, siendo el pulmón y el cerebro los órganos en los que la invasión fúngica es más habitual. Se han descrito asimismo casos esporádicos de endocarditis sobre válvulas protésicas en pacientes inmunocompetentes.
Especies de Scedosporium
Principales especies de Scedosporium:
- Scedosporium prolificans.
- Scedosporium apiospermum/ Pseudallescheria boydii.
- Scedosporium aurantiacum.
- Pseudallescheria minutispora.
- Scedosporium dehoogii.
- Pseudallescheria ellipsoidea.
- Pseudallescheria angusta.
- Scedosporium deficiens.
- Pseudallescheria fusoidea.
Tratamiento
Una característica importante del género Scedosporium, y especialmente de S. prolificans es la elevada resistencia que presenta a una amplia gama de antifúngicos. La mayoría de estudios publicados al respecto sobre pruebas realizadas in vitro, utilizando antifúngicos tradicionales (anfotericina B, fluconazol) o más recientes (voriconazol), muestran una alta resistencia en casi todas las cepas estudiadas. Con el uso del antifúngico voriconazol se obtuvieron resultados interesantes. Este antifúngico mostró una concentración mínima inhibitoria 50 (MIC50) de 4 µg/ml, aunque este valor excede la concentración utilizable a nivel clínico en la mayoría de los pacientes. El resto de los antifúngicos probados (azoles, polienos, alilaminas, pirimidinas y equinocandinas) no mostraron ningún efecto sobre los hongos.
Por lo tanto, el tratamiento para scedosporiosis es bastante complicado. Actualmente, las infecciones localizadas en pacientes inmunocompetentes no requieren terapia antifúngica, ya que la posibilidad de que en estos pacientes el hongo produzca una invasión sistémica es remota. En general, la supervivencia del paciente se asocia con el estado de su sistema inmunitario, siendo una prioridad tratar de invertir la inmunosupresión tan pronto como sea posible. En cuanto al tratamiento de scedosporiosis diseminada en pacientes inmunocomprometidos, se recomienda el voriconazol combinado a menudo con otros antifúngicos como terbinafina o posaconazol.
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