Aspergillus
El Aspergillus es un hongo filamentoso cuyo hábitat natural suele ser el suelo, el heno y el compostaje. Es un hongo saprofito con hifas septadas de las que surgen conidióforos que a su vez tienen una ampliación donde surgirán las estructuras reproductivas.
En los últimos años las infecciones provocadas por el hongo Aspergillus han ido en aumento. Como sucede con la Candida albicans, normalmente infectan a personas inmunodeprimidas siendo su hábitat natural el suelo, el heno y la materia en descomposición (este tipo de hongo es especialmente peligroso para agricultores y ganaderos). El Aspergillus es el principal causante de la aspergilosis pero también pueden provocar otras enfermedades como onicomicosis, otomicosis y sinusitis. Para su tratamiento puede llegar a ser necesaria la intervención quirúrgica (en caso de aspergilomas) aunque también puede tratarse con antifúngicos como la anfotericina B, el voriconazol o el itraconazol.
¿Qué es?
El Aspergillus es un hongo filamentoso saprofito cuyo hábitat natural es el suelo donde suele desarrollarse sobre la materia en descomposición. Desempeña un papel esencial en la degradación de la materia orgánica y es uno de los hongos más abundantes en la naturaleza. Se puede encontrar en varios lugares incluidos hospitales, suelo, vegetación en descomposición, material de construcción, polvo doméstico, etc.
Características del Aspergillus
El hongo Aspergillus se caracteriza por estar formado por hifas septadas hialinas. Las hifas fértiles o conidióforos terminan en una vesícula de la que surgen las células conidiógenas intermedias (métulas) o terminales (fiálides). De las fiálides salen las conidias (esporas asexuales externas) que forman largas cadenas. Por lo tanto, puede tener reproducción sexual (con formación de ascosporas en el interior de ascas) y asexual (con formación de conidios).
Existen más de 600 especies de Aspergillus que se diferencian en tamaño, tasa de crecimiento, textura (aterciopelada, granular, algodonosa) y color de la colonia: verde-amarillento (A. flavus), negro (A. niger), marrón (A. terreus). La coloración suele aparecer en todas las estructuras aéreas, tanto en el micelio como en las cabezas conidiales.
Enfermedades por Aspergillus
A continuación se exponen brevemente algunas de las diversas infecciones que pueden ser causadas por el hongo Aspergillus:
- Onicomicosis: infección de las uñas. No suele ser demasiado frecuente pero especies como A. fumigatus y A. versicolor pueden afectar a uñas distróficas, dando lugar a hiperqueratosis y a un cambio de coloración en las mismas.
- Otomicosis: infección de oído producida principalmente por A. niger y A. fumigatus. Puede aparecer prurito local y vértigo con eliminación de cerumen rico en masas de micelio. Algunas condiciones como el eccema y la seborrea favorecen la colonización por Aspergillus.
- Sinusitis alérgica: se caracteriza por presentar un moco rico en eosinófilos que ocupan los senos paranasales.
- Aspergilosis broncopulmonar alérgica: Su causa principal es la inhalación de conidias e hifas de Aspergillus. La persona afectada suele presentar eosinofilia, infiltrados pulmonares hemorrágicos, bronquiectasias centrales y una prueba positiva para Aspergillus. En casos crónicos puede aparecer fibrosis pulmonar con pérdida gradual de la función pulmonar.
- Aspergilomas: se produce por la colonización previa de cavidades (tuberculosis, sarcoidosis, histoplasmosis o broquiectasias) por Aspergillus. Pueden ser asintomáticos o cursar con hemoptisis (expectoración de sangre proveniente de los pulmones o los bronquios), sobreinfección bacteriana o invasión tisular.
- Aspergilosis pulmonar invasiva: En los últimos años la incidencia de aspergilomas ha disminuido mientras que la aspergilosis pulmonar invasiva (API) ha ido en aumento. Es más habitual en pacientes con leucemia y en trasplantados de órgano sólido. Las manifestaciones clínicas suelen comenzar con la aparición de fiebre seguida de dolor torácico, tos, taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria por encima de los valores normales) o hemoptisis.
- Aspergilosis pulmonar necrosante crónica: Suele afectar en mayor medida a ancianos con enfermedades pulmonares previas. Tiene un curso lento (meses o años) con aparición de infiltrados en los lóbulos superiores, fibrosis y cavitaciones. Aunque no suele causar complicaciones pueden llegar a producirse neumotórax, aspergilomas o aspergilosis pulmonar invasiva.
- Sinusitis: La rinosinusitis aguda afecta en mayor medida a pacientes muy inmunodeprimidos, mientras que la crónica puede aparecer en pacientes inmunocompetentes.
Factores de riesgo
A continuación se exponen brevemente algunas actividades laborales con riesgo de infección por Aspergillus:
- Actividades en contacto con la tierra, los vegetales y sus productos.
- Ganadería, zoológicos, circos, tiendas de mascotas, protectoras de animales y veterinaria.
- Industria textil (lana, piel, plumas, seda, etc.).
- Procesado, conservación de frutas y hortalizas y elaboración de productos a partir de las mismas.
- Procesado de cereales y fabricación de productos a partir de los mismos.
- Fabricación de productos de panadería y pastas alimenticias.
- Procesado y fabricación de otros productos alimenticios (azúcar, cacao, café, té, especias, salsas, frutos secos, etc.).
- Fabricación de productos para la alimentación animal.
- Fabricación de bebidas.
- Suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y limpieza urbana.
- Construcción.
- Actividades de bibliotecas, archivos, museos y otras actividades culturales.
Síntomas de infección por Aspergillus
A continuación se exponen algunos de los síntomas más habituales de las infecciones provocadas por Aspergillus:
- Dolor en los senos nasales o la nariz.
- Dolor en el canal auditivo.
- Sudoración facial.
- Tos.
- Dificultad para respirar.
- Dolor en el pecho.
- Fiebre.
- Sudoraciones nocturnas.
- Sibilancias (sonido agudo que hace el aire al pasar por las vías respiratorias congestionadas).
- Pérdidas de peso.
- Indisposición general.
Tratamiento
En casos de onicomicosis el tratamiento suele consistir en la extirpación de la uña afectada o, preferiblemente, la aplicación de sustancias queratolíticas como la urea o el tratamiento con antifúngicos como el itraconazol. Las otomicosis se tratan mediante la limpieza del conducto auditivo tomando medidas correctoras de los factores locales predisponentes. Los aspergilomas suelen tratarse quirúrgicamente, sobre todo en caso de estar acompañados de hemoptisis o invasión local. Cuando el procedimiento quirúrgico está contraindicado o en casos leves, habitualmente se usa itraconazol.
En casos de aspergilosis invasivas se opta por usar anfotericina B intravenosa. Debido a la gran toxicidad de la anfotericina B en ocasiones se tiende a usar derivados lipídicos, como la anfotericina liposomal, el complejo lipídico y la dispersión coloidal. Estas formulaciones disminuyen de forma muy importante la toxicidad y permiten administrar dosis mucho más elevadas.
Otros medicamentos usados para el tratamiento de la aspergilosis son el voriconazol por vía intravenosa, la caspofungina, micafungica, anidulafungina y el posaconazol.
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