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Blastomyces dermatitidis

Blastomyces dermatitidis es un hongo dimórfico que causa la blastomicosis una enfermedad granulomatosa crónica que afecta a los pulmones, la piel y los huesos, entre otros.

¿Qué es Blastomyces dermatitidis?

Blastomyces dermatitidis es un hongo dimórfico que a través de la inhalación de sus conidios hacia los pulmones puede causar blastomicosis, siempre y cuando consiga evadir los mecanismos de defensa del organismo. En la mayoría de los casos se supera la enfermedad de forma espontánea sin sufrir síntomas graves, dichos síntomas suelen ser parecidos a los de una gripe. En aquellos casos en los que el sistema inmunitario se encuentre deprimido el hongo puede diseminarse pudiendo dar lugar a infecciones cutáneas y óseas además de propagarse a algunos órganos como el hígado y el tracto genitourinario. El tratamiento suele ser mediante una combinación de fármacos y prolongándose hasta que la infección desaparezca por completo con el fin de evitar posibles recaídas.

¿Qué es?

Blastomyces dermatitidis es un hongo dimórfico, saprófito que habita en el suelo. Es el principal agente causal de la blastomicosis (antes conocida como blastomicosis norteamericana), que es una enfermedad granulomatosa crónica, que afecta a pulmones, piel, huesos, entre otros. Su estado teleomorfo es un ascomiceto conocido como Ajellomyces dermatitidis.

Características del Blastomyces dermatitidis

Características Blastomyces dermatitidis Cuando crece en medios de cultivo a temperatura ambiente (entre 20 y 30 °C), se presenta como un hongo filamentoso, cuya morfología macroscópica y velocidad de crecimiento suelen ser muy variables: pudiéndose observar colonias planas y lisas, colonias con anillos concéntricos y colonias plegadas y algodonosas, de colores que varían desde el blanco hasta el pardo. Desde el punto de vista microscópico, se observan hifas ramificadas, tabicadas, hialinas, con conidios ovoides, que miden de 2 a 10 µm de diámetro, desarrollados sobre conidióforos cortos.

Cuando crece sobre medios de cultivo enriquecidos, a 37 °C, o en los tejidos del huesped, se presentan como grandes levaduras (de 8 a 12 µm de diámetro), de paredes gruesas, con una única yema o célula hija, la cual permanece unida a la célula madre por una base ancha y llegando a alcanzar su mismo tamaño. La demostración del dimorfismo constituye un elemento de gran valor en la identificación de B. dermatitidis. La prueba de exoantígenos se considera, en la actualidad, una herramienta diagnóstica de gran utilidad. El uso de sondas no radioactivas de ADN (Gen-Probe Inc.) constituye un método de gran especificidad para la identificación de este patógeno.

Enfermedades por Blastomyces dermatitidis

La blastomicosis se inicia mediante la inhalación de los conidios de B. dermatitidis hacia los pulmones. Si el hongo es capaz de evadir los mecanismos de defensa del organismo, entonces tiene lugar la transición a levaduras. Al llegar a los alveolos, se desarrolla primeramente una respuesta supurativa seguida por la formación de granulomas. Esta respuesta de neutrófilos, junto con células mononucleares, es característica de la blastomicosis; también puede haber necrosis y fibrosis. En algunos casos puede ocurrir que se supere de forma espontánea el proceso neumónico. A partir del foco pulmonar puede diseminarse y manifestarse en diferentes formas clínicas: pulmonar, cutánea, ósea y diseminada.

Tipos de blastomicosis que pueden ser causadas por el hongo Blastomyces dermatitidis:

  • Blastomicosis pulmonar: Al igual que en otras micosis sistémicas, la mayoría de las infecciones pulmonares cursan de modo asintomático, es decir, sin síntomas importantes. Sólo del 1 al 5 % de los casos puede presentar síntomas como: fiebre leve, disnea, tos con expectoración purulenta o hemoptoica. También puede presentarse dolor torácico y pleural. En la radiografía de tórax puede apreciarse infiltrado miliar y opacidades bronconeumónicas. La extensión de la lesión es posible que varíe, pudiendo alcanzar extensas áreas de necrosis con abscesos múltiples que involucran gran área del parénquima pulmonar. En casos muy agudos la enfermedad puede ser fatal de 2 a 3 semanas. A partir del foco primario pulmonar, la blastomicosis se disemina por extensión o por vía linfática a partir de ganglios linfáticos regionales, y puede llegar a afectar, principalmente, piel, huesos y órganos internos.
  • Blastomicosis cutánea: La forma cutánea primaria es rara y suele manifestarse, por lo general, en los miembros y la cara. A partir de la segunda semana se desarrolla una ulceración con linfangitis y adenitis que puede involucionar o continuar desarrollándose afectando a los linfáticos regionales y dando lugar a lesiones papulonodulares y la formación de una placa verrucosa vegetante. La forma cutánea secundaria ocurre por diseminación hemática a partir de un foco pulmonar. Inicialmente se observan pápulas que originan nódulos eritemato-violáceos, los cuales tienden a formar abscesos y úlceras. En casos crónicos, se ven placas verrucosas vegetantes semejantes a las de la esporotricosis o la tuberculosis verrucosa.
  • Blastomicosis ósea: Una gran parte de los casos (del 30 al 60 %) de blastomicosis cursan con compromiso óseo. Puede afectar tanto a huesos largos como a huesos cortos, y tiene especial preferencia por vértebras y costillas, en las cuales produce periostitis, osteofibrosis y osteólisis. Estas lesiones pueden permanecer ocultas y sólo evidenciarse por el dolor óseo.
  • Blastomicosis diseminada: La blastomicosis diseminada es poco frecuente y de mal pronóstico. Tiene lugar a partir del foco primario pulmonar y puede afectar diversos órganos y sistemas, con especial predilección por huesos, piel, hígado y tracto genitourinario.

Tratamiento

El tratamiento de elección para todas las formas clínicas de la blastomicosis es la anfotericina B.

El ketoconazol e itraconazol por vía oral se pueden emplear asociados a la anfotericina B, o bien en los casos menos graves. El tratamiento debe prolongarse hasta la cura clínica y para evitar recaídas es necesario mantener un margen de 1 a 2 años con los compuestos azólicos o con yoduro de potasio por vía oral. La experiencia con el fluconazol no ha sido muy satisfactoria, aunque el número de ocurrencias ha sido limitado.

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