Plantas medicinales:
Chía
La chía es una planta originaria de América Central cuyas semillas son ricas en carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales aunque se ha hecho bastante popular por su contenido en ácidos grasos omega 3, por lo que posee varias propiedades beneficiosas para la salud.
La chía es una planta originaria de Centroamérica muy apreciada por su alto contenido en ácidos grasos omega 3, lo que ayuda a disminuir la viscosidad sanguínea y el colesterol LDL o, también conocido como, colesterol malo. Otro de los aspectos a destacar es su alto contenido en minerales como el calcio, por lo que puede ser una buena alternativa a los lácteos. De todas formas, se recomienda consumir chía de forma responsable ya que, un consumo elevado, puede dar lugar a efectos secundarios no deseados.
Descripción
La chía o chan (Salvia hispánica L.) es una planta herbácea de la familia de las lamiáceas cuyo nombre, de origen maya, significa "fuerza". Esta planta es nativa del centro y sur de México, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. La chía se considera una de las especies vegetales con mayor concentración de ácidos grasos omega 3 o ácido alfa-linolénico.
Dado su alto valor nutritivo, el consumo de chía se ha expandido por todo el mundo siendo uno de los alimentos preferidos por los deportistas además pueden combinarse con cualquier tipo de alimento gracias a que no alteran el sabor de los mismos.
Principios activos de la Chía
En la composición nutricional de la chía destaca su alto porcentaje en:
- Proteínas: 20% de su peso.
- Fibra: 25%.
- Lípidos: 34%, del que en un 70% corresponde a ácidos grasos insaturados.
Entre sus principios activos, destacan:
- Ácidos grasos poliinsaturados, del tipo Omega 3, como el ácido alfa-linolénico.
- Mucílagos.
- Polifenoles, con acción antioxidante.
- Vitaminas: vitaminas A, vitamina C y vitaminas del grupo B.
- Minerales: fósforo, calcio, magnesio, potasio, cinc y cobre.
Principales beneficios de la Chía
A continuación, se exponen los principales beneficios de la chía para la salud:
- Gracias a su contenido de ácidos Omega 3, contribuye a disminuir la viscosidad sanguínea y la agregación plaquetaria.
- Puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL y de triglicéridos en sangre y a prevenir los accidentes vasculares. Disminuye las lipoproteínas LDL (colesterol malo) y aumenta las HDL (colesterol bueno).
- Puede ayudar a controlar la tensión arterial y mantenerla en niveles normales.
- Se le atribuye un ligero efecto hipoglucemiante por lo que se ha indicado como complemento dietético para diabéticos.
- Por su alto contenido en mucílagos, puede ayudar a regular el tránsito intestinal y combatir el estreñimiento, sea puntual o crónico.
- Por su efecto demulcente y antiinflamatorio, se indica en caso de irritación gástrica, gastritis y cólicos.
- Se ha indicado para el tratamiento de la diverticulosis, ya que los mucílagos, al contacto con el agua, forman un gel viscoso, que no sólo ayuda a evacuar, también puede contribuir a reducir las bolsas de las paredes del intestino o divertículos.
- Ejerce un suave efecto diurético y depurativo, por lo que ayuda a prevenir la retención de líquidos y las infecciones en las vías urinarias, como la cistitis.
- Se considera coadyuvante en tratamientos para perder peso. La toma de semillas de chía, dejadas en reposo en agua, aportan una clara sensación de saciedad al ingerirlas, lo que invita a dejar de comer.
- Gracias a su aporte vitamínico puede ser útil en situaciones de fatiga y debilidad.
- Se le atribuyen virtudes antioxidantes (vitamina C), útiles para defendernos de la acción de los radicales libres y para prevenir el acceso de infecciones.
- Es una buena fuente de calcio en la dieta, lo que favorece el fortalecimiento de los huesos y las articulaciones.
- Gracias a su contenido de omega 3 puede ayudar a prevenir el envejecimiento cutáneo, las arrugas, las uñas quebradizas y la piel seca y descamada.
- La harina de las semillas de chía, al no contener gluten, es apta para personas celíacas.
- Las hojas, por vía tópica, se han usado como analgésico local, sobre golpes, contusiones, calambres, dolores musculares y neurálgicos.
Formas de consumir la Chía
Principales formas de preparación y consumo de chía:
- Semillas crudas: espolvoreadas sobre la ensalada, en el yogur o sobre pasteles y sorbetes.
- Semillas molidas: para tomar a cucharadas. Mantiene toda su fuerza en fibra.
- Gel de chía: se obtiene manteniendo una cierta cantidad de semillas de chía en remojo en agua previamente hervida, lo que provoca que las semillas absorban el líquido y liberen el mucílago. Este gel se puede tomar directamente o se puede mezclar con zumo de frutas o con yogur.
- Aceite de chía: obtenido por presión en frío, se utiliza sobre todo en uso tópico por sus virtudes cosméticas y reparadoras.
- Agua de chía: como una bebida refrescante, muy apreciada en México.
Precauciones al tomar Chía
No se conocen casos graves de efectos secundarios por el uso de chía o por la toma de sus semillas, en dosis razonables. No obstante sí que existen ciertos aspectos que se deben tener en cuenta para consumirla con seguridad:
- La toma de chía como laxante durante el embarazo debe estar supervisada por un médico.
- En caso de hipertensión, colesterol y diabetes, sobre todo si se está siguiendo un tratamiento clínico, ya que las semillas de chía podrían potenciar el efecto de estos medicamentos.
- No se aconseja la toma chía antes de una intervención quirúrgica, o cuanto menos en cantidades altas.
- Algunas personas pueden mostrar rechazo o reacción alérgica a las semillas de chía muy mucilaginosas, como sucede también con muchos frutos secos y oleaginosos.
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