Medicamentos antimicóticos:
Caspofungina
La caspofungina es un antifúngico sistémico de uso hospitalario perteneciente a la familia de las equinocandinas, que se usa para tratar infecciones fúngicas invasivas provocadas por cepas resistentes a otros antifúngicos como pueden ser los azólicos.
La caspofungina es un antifúngico sistémico de origen farmacológico que pertenece a la familia de las equinocandinas. Este tipo de antifúngico es sólo de uso hospitalario y suele utilizarse en tratamientos de infecciones fúngicas invasivas, generalmente, por hongos de la familia Candida o Aspergillus. La caspofungina presenta eficacia frente a cepas resistentes a otros antifúngicos como la anfotericina, el fluconazol y la flucitosina. Su uso debe ser iniciado y seguido por un médico con experiencia en el tratamiento de infecciones fúngicas invasoras.
Para qué se utiliza
La caspofungina es un antifúngico sistémico perteneciente a la familia de las equinocandinas y que presenta actividad frente a: Aspergillus, Histoplasma, Candida, hialohifomicetos, hongos dimórficos, varios hongos dematiáceos y Pneumocystis jirovecci. Normalmente se utiliza para cepas resistentes a otros antifúngicos como la anfotericina, fluconazol y flucitosina.
Uso clínico de la caspofungina:
- Tratamiento de la candidiasis invasora en adultos o niños.
- Tratamiento de la aspergilosis invasora en adultos o niños que son refractarios o intolerantes a la anfotericina B, formulaciones de lípidos de anfotericina B y/o itraconazol. La resistencia se define como la progresión de la enfermedad o no mejoría tras un mínimo de 7 días de dosis terapéuticas efectivas previas.
- Tratamiento empírico en caso de sospecha de infección fúngica por Candida o Aspergillus en pacientes neutropénicos y con fiebre.
Advertencias y precauciones de empleo
Antes de comenzar una tratamiento con caspofungina se deben tener en cuenta las siguientes advertencias:
- No debe administrarse a aquellas personas que sean hipersensibles a caspofungina o a alguno de sus excipientes.
- Se han notificado casos de anafilaxia (reacción alérgica en todo el cuerpo a un químico) durante la administración de caspofungina. Si esto ocurre se debe interrumpir el tratamiento con caspofungina y administrar el tratamiento apropiado.
- Se han notificado reacciones adversas posiblemente mediadas por histamina que incluyen: erupción, tumefacción facial, angioedema, prurito, sensación de calor o broncoespasmo. Por lo tanto, estos casos, pueden requerir la interrupción del tratamiento.
- Aún no existen datos que confirmen la eficacia de la caspofungina frente a levaduras y hongos menos frecuentes y distintos de Candida y de Aspergillus.
- Utilizar con precaución en caso de insuficiencia hepática (aumenta el AUC).
- Administrar con precaución a menores de 12 meses debido a los escasos datos disponibles.
- La información de seguridad en tratamientos que se prolonguen más de cuatro semanas es limitada.
- Como contiene sacarosa no debe administrarse a personas con intolerancia a la fructosa o insuficiencia de sacarasa-isomaltasa.
- Caspofungina no debería utilizarse durante el embarazo excepto si fuese claramente necesario.
- Las mujeres que estén en periodo de lactancia y reciban caspofungina no deben dar el pecho.
Forma de administración
La administración de caspofungina debe ser iniciada por un médico con experiencia en el tratamiento de infecciones fúngicas invasoras, ya que su dosificación debe calcularse en función de la superficie corporal mediante la fórmula de Mosteller.
Dosis y pautas de administración:
- Niños de 1 a 17 años: dosis de carga única de 70 mg/m2 el primer día (máx. 70 mg), seguida de 50 mg/m2 /día. Si la respuesta clínica es insuficiente y el fármaco se tolera bien, se puede aumentar a 70 mg/m2 /día (máximo 70 mg al día).
- Recién nacidos y lactantes menores de un año: los datos existentes son limitados, pero indican que podrían emplearse dosis de 25 mg/m2 /día en menores de 3 meses y de 50 mg/m2 /día en niños de 3 a 12 meses.
- Adultos: dosis de carga de 70 mg el primer día, seguida de 50 mg/día posteriormente, en dosis única diaria.
Duración del tratamiento:
- Candidiasis invasora: la duración del tratamiento para este tipo de infección debe basarse en la respuesta clínica y microbiológica de la persona afectada. Después de que los signos y síntomas de la candidiasis invasora hayan mejorado y de que los cultivos sean negativos, puede considerarse cambiar a un antifúngico oral. En general, el tratamiento antifúngico debe prolongarse durante al menos 14 días desde el último cultivo positivo.
- Aspergilosis invasora: la duración del tratamiento se establece de forma individual basándose en la gravedad de la enfermedad subyacente, la recuperación de la inmunosupresión y la respuesta clínica. En general, el tratamiento debe prolongarse durante al menos 7 días después de la desaparición de los síntomas.
- Duración del tratamiento con neutropenia febril: debe basarse en la respuesta clínica del afectado y se debe mantener hasta 72 horas después de la resolución de neutropenia. En caso de confirmarse infección fúngica, el tratamiento se mantendrá al menos 14 días tras el último cultivo positivo y 7 días tras la resolución de la neutropenia y los síntomas clínicos.
Posibles efectos adversos
Posibles reacciones adversas asociadas a tratamientos con caspofungina:
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Trastornos de la sangre y del sistema linfático:
- Frecuentes: descenso de hemoglobina, descenso del hematocrito, descenso del recuento de leucositos.
- Poco frecuentes: anemia, trombocitopenia, coagulopatía, leucopenia, elevación del recuento de eosinófilos, descenso del recuento plaquetario, elevación del recuento plaquetario, descenso del recuento de linfocitos, elevación del recuento de leucocitos, descenso del recuento de neutrófilos.
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Trastornos del metabolismo y de la nutrición:
- Frecuentes: hipocalemia.
- Poco frecuentes: hipervolemia, hipomagnesemia, anorexia, desequilibrio electrolítico, hiperglucemia, hipocalcemia, acidosis metabólica.
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Trastornos psiquiátricos:
- Poco frecuentes: ansiedad, desorientación, insomnio.
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Trastornos del sistema nervioso:
- Frecuentes: cefalea.
- Poco frecuentes: mareos, disgeusia, parestesia, somnolencia, temblor, hipoestesia.
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Trastornos oculares:
- Poco frecuentes: ictericia ocular, visión borrosa, edema en el párpado, aumento del lagrimeo.
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Trastornos cardíacos:
- Poco frecuentes: palpitaciones, taquicardia, arritmia, fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca congestiva.
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Trastornos vasculares:
- Frecuentes: flebitis.
- Poco frecuentes: tromboflebitis, sofocos, rubor, hipertensión, hipotensión.
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Trastornos respiratorios, torácicos y mediastínicos:
- Frecuentes: disnea.
- Poco frecuentes: congestión nasal, dolor faringolaríngeo, taquipnea, broncoespasmo, tos, disnea paroxística nocturna, hipoxia, estertores, sibilancias.
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Trastornos gastrointestinales:
- Frecuentes: náuseas, diarrea, vómitos.
- Poco frecuentes: dolor abdominal, dolor abdominal superior, sequedad de boca, dispepsia, malestar estomacal, distensión abdominal, ascitis, estreñimiento, disfagia, flatulencia.
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Trastornos hepatobiliares:
- Frecuentes: elevación de los valores hepáticos (alanina aminotransferasa, aspartato aminotransferasa, fosfatasa alcalina, bilirrubina conjugada y total).
- Poco frecuentes: colestasis, hepatomegalia, hiperbilirrubinemia, ictericia, función hepática anormal, hepatotoxicidad, trastorno hepático, glutamiltransferasa gamma elevada.
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Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo:
- Frecuentes: erupción, prurito, eritema, hiperhidrosis.
- Poco frecuentes: eritema multiforme, erupción macular, erupción maculopapular, erupción prurítica, urticaria, dermatitis alérgica, prurito generalizado, erupción eritematosa, erupción generalizada, erupción morbiliforme, lesión cutánea.
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Trastornos musculoesqueléticos y del tejido conjuntivo:
- Frecuentes: artralgia.
- Poco frecuentes: dolor de espalda, dolor en las extremidades, dolor de huesos, debilidad muscular, mialgia.
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Trastornos renales y urinarios:
- Poco frecuentes: insuficiencia renal, insuficiencia renal aguda.
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