Dispepsia
Presencia de molestias y/o dolor localizados en la parte alta del abdomen que pueden ser de mayor o menor frecuencia e intensidad y, además, suelen ir acompañadas de otros síntomas como náuseas, acidez, digestión pesada, hinchazón abdominal, etc.
La dispepsia es un término que suele utilizarse para describir cualquier tipo de molestia gastrointestinal aunque por lo general se refiere a la presencia de malestar o dolor en la zona alta del abdomen. Además, dichas molestias, también suelen estar acompañadas de otros síntomas que en conjunto llegarán a ocasionarnos muchos problemas tanto a la hora de comer como también, a la hora de digerir; lo que tendrá un impacto directo en nuestra calidad de vida. Sin embargo, la dispepsia no debe ser un motivo de alarma (salvo en determinados casos que se detallan más adelante) ya que, para su tratamiento, será suficiente con realizar algunos cambios en nuestros hábitos alimenticios.
¿Qué es?
La dispepsia se define como la presencia de molestias y/o dolor localizados en la parte alta del abdomen (hemiabdomen superior o retrosternal). Dichas molestias pueden presentar mayor o menor frecuencia e intensidad y suelen estar acompañadas de otros síntomas como: náuseas, hinchazón abdominal, acidez, digestión pesada, eructos, regurgitaciones (regreso de la comida desde el estómago a la boca) y vómitos
Causas
La dispepsia puede haber sido originada por diversos motivos pero, en la mayoría de las ocasiones, se relaciona con la comida ingerida o un estado emocional. A continuación se muestra una lista con las causas más comunes que pueden producir este trastorno:
- Comida excesiva o muy condimentada.
- Consumo de café, alcohol y/o tabaco.
- Tomar medicamentos que lesionen la mucosa gástrica (AINES, digoxina, teofilina, eritromicina, aspirina, etc.).
- Problemas psicológicos (estrés, ansiedad, depresión, etc.).
- Herida o erosión en el estómago (úlceras).
- Infección por H. Pylori
Otras causas menos comunes pueden ser:
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico.
- Cáncer de estómago o de esófago.
- Diabetes mellitus con gastroparesia y/o dismotilidad gástrica.
- Isquemia mesentérica crónica.
- Pancreatitis crónica.
- Cáncer de páncreas.
- Cirugía gástrica.
- Enfermedad infiltrativa de estómago o intestino grueso (enfermedad de Crohn, gastritis eosinofílica, sarcoidosis).
- Enteropatía sensible al gluten, incluyendo enfermedad celiaca.
- Trastornos metabólicos (uremia, hipocalcemia, hipotiroidismo).
- Síndromes de la pared abdominal.
- Parasitosis intestinales.
- Enfermedades sistémicas (diabetes mellitus, enfermedades del tiroides y paratiroides, enfermedades del tejido conectivo).
Síntomas
Los síntomas más comunes de la dispepsia pueden ser:
- Saciedad precoz.
- Náuseas.
- Ardor o acidez.
- Vómitos.
- Digestión pesada.
- Eructos.
- Flatulencia.
- Regurgitaciones (regreso de la comida desde el estómago a la boca).
- Hinchazón abdominal.
- Sensación de plenitud o presión abdominal.
Tipos
La dispepsia se puede clasificar en los siguientes tipos:
- Dispepsia no investigada: es aquella en la que no se ha realizado un procedimiento diagnóstico o no se ha hecho un diagnóstico concreto de los síntomas.
- Dispepsia orgánica o de causa conocida: es aquella en la que se ha detectado alguna causa que razonablemente justifique los síntomas. Las causas más habituales de este tipo de dispepsia suelen ser la úlcera péptica y la esofagitis.
- Dispepsia funcional: es aquella en la que después de haber realizado un estudio no se logra identificar una causa que justifique los síntomas de la misma.
- Dispepsia nerviosa: es aquella cuyas causas están relacionadas con trastornos psicológicos o emocionales como pueden ser el estrés, los nervios, etc.
Tratamiento
Normalmente bastará con realizar algunos cambios en los hábitos alimenticios y en el estilo de vida Si las molestas no se producen a menudo y son poco importantes no deben ser una causa de preocupación ya que, normalmente, desaparecerán solas o después de haber realizado algunos cambios en los hábitos alimentarios y/o estilo de vida (comer con moderación, realizar dieta si existe sobrepeso, abstinencia de alcohol, dejar de fumar, evitar el café, etc.). Cuando las molestias no desaparezcan o se produzcan de manera frecuente será mejor consultar a su médico para descartar la presencia de enfermedades más graves e identificar las causas de dichas molestias.
A continuación se detallan una serie de síntomas que pueden alertarnos de la presencia de alguna enfermedad grave en casos de dispepsia no investigada.
- Pérdida de peso significativa no intencionada.
- Vómitos intensos y recurrentes.
- Disfagia (dificultad para tragar).
- Odinofagia (dolor en la garganta al tragar).
- Signos de sangrado digestivo (anemia, hematemesis o melena).
- Masa abdominal palpable.
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel y las mucosas).
- Linfadenopatías (trastono de los ganglios linfáticos).
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