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Eccema o Dermatitis atópica

El eccema, también conocido como dermatitis atópica, es un proceso descamativo y asociado a picor que afecta a la piel. Aunque es más común en bebes y niños también puede afectar a adolescentes y adultos.

Eccema o Dermatitis atópica

El eccema, también conocidos como dermatitis atópica, es una enfermedad crónica que actualmente no tiene cura. Suele producirse por una alteración en los glóbulos blancos que facilita una reacción inmunológica anormal a sustancias externas al individuo. Suele ser más habitual en lactantes y niños pero también se puede padecer en la adolescencia e, incluso, en la edad adulta. Para su tratamiento se suelen usar corticoides tópicos para tratar el eccema además de usar antihistamínicos para controlar el picor. En casos de candidiasis se deben tomar precauciones con el uso de determinados medicamentos, ya que los mismo pueden provocar un empeoramiento de dicha enfermedad.

¿Qué es el eccema o dermatitis atópica?

El termino eccema se refiere a un proceso descamativo y asociado a picor que afecta a la piel. Aunque existen varios mecanismos implicados en cada uno de los tipos de eccema, suele cumplirse que en todos ellos existe una alteración en los glóbulos blancos. Esto facilita una reacción inmunológica anormal a sustancias externas.

El eccema, también conocido como dermatitis atópica, es una alteración de la piel que suele ser más común en bebes y niños pequeños pudiéndose prolongar hasta la adolescencia o, incluso, hasta la edad adulta. La dermatitis atópica es de tipo crónico y hereditario, es decir, que si alguno de los padres presenta eccemas, asma, conjuntivitis o rinitis alérgica, es más probable que el niño presente eccema durante su vida.

Causas

La dermatitis atópica no es una alergia a ninguna sustancia o alimento La dermatitis atópica es la manifestación cutánea de la atopia. La atopía consiste en la predisposición de ciertas personas a sufrir condiciones producidas por la inmunoglobulina E (lgE). La lgE es una molécula del sistema inmune cuya misión es activar unas células llamadas basófilos y mastocitos en caso de que se detecten sustancias que puedan producir alergia o cuando se padece de ciertas infecciones.

En caso de que se activen los basófilos y mastocitos, estos, liberan histamina, que es la responsable de todos los síntomas de la alergia como picor, inflamación, dolor, etc. Dependiendo de la parte del cuerpo en la que ocurra se producirán síntomas más concretos como estornudos, picor de garganta o de ojos, disminución del diámetro de las vías respiratorias, etc.

A continuación se muestran algunos factores que pueden empeorar los síntomas de la dermatitis atópica ser:

  • Alergias (al polen, moho, ácaros del polvo o animales).
  • Sustancias irritantes para la piel (lana, detergentes,…).
  • Estrés.
  • Resfriados o gripe.
  • Cambios bruscos de temperatura.
  • Que la temperatura sea muy alta o muy baja.
  • Piel reseca.
  • Resecamiento de la piel por tomar baños o duchas frecuentes o nadar con mucha frecuencia.
  • Perfumes o tintes agregados a las lociones o jabones de la piel.

Síntomas

Los síntomas más comunes de la dermatitis atópica pueden ser:

  • La piel se muestra muy seca (xerosis) y puede presentar picor intenso (prurito).
  • La piel puede estar muy inflamada y roja.
  • Presencia de erosiones o pequeños bultos en la piel que exudan (liberan líquido) con el rascado.
  • Si se desarrolla eccema crónico, la piel puede aparecer muy engrosada.
  • Secreción o sangrado por el oído.
  • Cambios de color en la piel, como más o menos color con respecto al tono normal.
  • Enrojecimiento o inflamación de la piel alrededor de las lesiones.
  • Zonas gruesas o con apariencia de cuero, que suele ocurrir después del rascado o de irritación de la zona afectada.

Tipos de Dermatitis atópica

Aunque las lesiones son muy parecidas entre sí la dermatitis atópica se puede dividir en función de la edad de la persona afectada. Por lo tanto, se puede clasificar como sigue:

  • Dermatitis atópica del lactante:
    Dermatitis atópica del lactante Es la edad de aparición más frecuente. Aparentemente las lesiones parecen más graves de lo que realmente son. Cuando comienzan a aparecer eccemas suelen ser seborreicos para evolucionar a una forma de eccema atópico.
    Las localizaciones más frecuentes de los eccemas son en la cara, tronco y extremidades. Por lo general presentan forma de placas o parches rojos con edema (tienen líquido bajo la superficie), que pican y exudan con el rascado de las lesiones.
    En muchos casos el eccema en los lactantes suele desaparecer antes del año y medio de vida aunque, pueden volver a darse casos de menor intensidad en cualquier momento.
  • Dermatitis atópica infantil:
    Dermatitis atópica infantil A partir del año y medio o dos años de edad las lesiones tienden a desarrollarse en los pliegues de la piel, que son zonas muy propensas a este tipo de afecciones. El pliegue no permite que el aire y la luz sequen la lesión por lo que la humedad acaba favoreciendo la aparición y permanencia del eccema. Las vesículas son más frecuentes que en la dermatitis del lactante.
    Las zonas donde se desarrolla con más frecuencia la dermatitis atópica infantil es en lo pliegues internos de los codos, lo pliegues traseros de las rodillas y los pliegues de las comisuras de la boca.
    La sensación de picor tiende a ser muy intensa y el rascado favorece la aparición de heridas y costras.
  • Dermatitis atópica del adulto:
    Dermatitis atópica del adulto En la edad adulta lo eccemas se presentan como placas de liquenificación (que tienen una apariencia de piel extremadamente seca y dura) con engrosamiento. El rascado crónico favorece la ruptura de esas placas y la aparición de excoriaciones (como si se desprendiese la piel a causa de la intensidad del rascado) y grietas que pueden doler. Es habitual que aparezca en pliegues pero también en la nuca, el dorso de las manos y pies, muñecas,…
    Una de las características más curiosas de la dermatitis atópica del adulto es que las lesiones pueden recordar a la dermatitis infantil e, incluso, a la del lactante.

Tratamiento

La dermatitis atópica es una enfermedad que a día de hoy no tiene cura, por lo que el objetivo principal del tratamiento consiste en mantener los brotes bajo control y, en caso de que ocurra un episodio, intentar controlar sobre todo el picor y mantener la piel hidratada.

Actualmente la base del tratamiento contra el eccema son los corticoides tópicos (crema, loción o pomada). Se deben utilizar correctamente y su administración no puede ser por periodos prolongados, por lo que su uso debe ser seguido y recomendado por un médico o profesional de la salud.

Otro de los tratamientos muy utilizados para la dermatitis atópica son los antihistamínicos (en especial, los que causan somnolencia), que sirven para controlar el picor y facilitar el sueño, algunos inmunomoduladores tópicos (como el pimecrólimus) pueden usarse en niños mayores y de dos años en los primeros episodios. Los inmunomoduladores controlan la respuesta inmunológica origen de todas las manifestaciones del eccema.

Los antibióticos (especialmente aquellos específicos para S. Aureus, una bacteria muy frecuente en la piel) pueden ser de gran utilidad en el control de los brotes, en especial si están claramente infectados.

Desgraciadamente en casos de candidiasis sabemos que algunos medicamentos pueden provocar que dicha enfermedad empeore de forma considerable. Es por ello que debemos seguir algunas pautas para evitar o aliviar los síntomas del eccema, como pueden ser:

  • Utilizar guantes de látex para evitar el contacto con el detergente al lavar los platos o la ropa a mano.
  • Realizar siempre duchas breves en lugar de baños prolongados, ya que el agua caliente agrava el problema.
  • Evitar todo tipo de jabones con fragancias así como geles de ducha porque pueden provocar alergias. Es aconsejable usar siempre productos hipoalergénicos de forma moderada.
  • Mantener la piel hidratada y humectada, de lo contrario el eccema seguirá. Para ello se pueden aplicar lociones hipoalergénicas varias veces al día.
  • Controlar la picazón con medicamentos de venta libre o ungüentos caseros, ya que con el rascado es imposible que la piel inflamada sane además de favorecer su expansión a otras partes del cuerpo.

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