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Depresión

Se considera como una enfermedad o trastorno mental caracterizado por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas.

Depresion

En algunos casos podemos sentirnos infelices o deprimidos ante determinadas situaciones de la vida cotidiana. A diferencia de la melancolía, la depresión no se retira sino que se agudiza con el tiempo. Este trastorno se considera una condición médica seria que afecta al cuerpo, la mente y el comportamiento. En muchas ocasionas, la depresión, puede ser un síntoma que acompañe a algunas enfermedades como problemas cardiacos, derrame cerebral, cáncer, SIDA, parkinson, candidiasis, etc. Se debe tener en cuenta que la mayoría de casos de depresión no remiten si no son tratados, por lo que si existe una sospecha de que se puede padecer este trastorno es aconsejable acudir lo antes posible a la consulta de un profesional de la medicina.

¿Qué es?

La depresión es un trastorno cerebral que puede afectar a personas de todas las edades, etnias, religiones y clases sociales. Dicho trastorno se considera una enfermedad grave que en determinados casos puede llegar a amenazar la vida del afectado.

La depresión llega a afectar seriamente al cuerpo, la mente y el comportamiento. Además, también suele afectar a la forma en la que se come, se duerme, se siente y se piensa. En algunos casos la salud física del afectado puede llegar a estar en peligro a causa de este trastorno.

Causas

No existe una causa única conocida de la depresión. Más bien, esta parece ser el resultado de una combinación de factores genéticos, fisiológicos, personales y ambientales; como algunos de los que se muestran a continuación:

  • Factores genéticos:
    En aquellos casos en los que existan antecedentes de depresión en el ámbito familiar cercano (padres y hermanos) las probabilidades de sufrir dicho trastorno aumentan en un 25-30%. En los gemelos monocigóticos hay un 50% de probabilidades de que uno de los hermanos padezca depresión siempre y cuando existan precedentes en el otro. Si hablamos de gemelos dicigóticos dicho porcentaje se reduce al 25%.
  • Factores fisiológicos:
    La aparición y cronificación de la depresión se relaciona con el descenso de los niveles de serotonina a nivel de las uniones neuronales. Además, también existe un grupo de enfermedades ligadas a la aparición de depresión (la mayoría de ellas debidas a alteraciones endocrinas) como pueden ser:
    • Migrañas.
    • Diabetes.
    • Hipertiroidismo.
    • Síndrome de Cushing.
    • Enfermedad de Addison.
    • Amenorrea hiperprolactinémica.
  • Factores personales:
    Algunos estudios indican que existe un porcentaje mayor de depresión en mujeres que en hombres. La edad también es un factor influyente, especialmente en la franja comprendida entre los 35 y los 45 años. El embarazo y el posparto son las etapas de mayor riesgo de aparición de depresión en las mujeres a causa de las alteraciones hormonales que se sufren.
  • Factores ambientales:
    Existen una serie de factores que potencian la aparición de este trastorno como por ejemplo el estrés, la ansiedad, la incapacidad de encauzar los problemas, perder a un ser querido, etc. Dichos factores son más peligrosos cuando existen situaciones de dependencia o consumo habitual de alcohol, tabaco y drogas. También se consideran potenciadores de este trastorno las situaciones donde las relaciones interpersonales son escasas o nulas.

Síntomas

La depresión es una enfermedad compleja con una larga lista de síntomas. Si bien, no todas las personas que sufren este trastorno experimentan todos los síntomas, si suelen llegar a sufrir (con mayor o menor severidad) varios de los siguientes síntomas:

  • Tristeza persistente, ansiedad y una sensación de vacío.
  • Sentimientos de desesperanza y pesimismo.
  • Sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia.
  • Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba o pérdida de apetito sexual.
  • Fatiga, desgana o pérdida de energía.
  • Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
  • Cambios en los patrones del sueño, insomnio, despertarse muy temprano o dormir en exceso.
  • Comer excesivamente o perder el apetito.
  • Pensamientos de muerte o suicidio, o intentos de suicidio.
  • Ansiedad e irritabilidad.
  • Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.

Tipos de depresión

Existen varios tipos de trastornos depresivos siendo los más comunes el trastorno depresivo grave y el trastorno distímico.

  • Trastorno depresivo grave:
    También conocido como depresión grave, se caracteriza por una combinación de síntomas que interfieren con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. Este tipo de depresión incapacita a la persona y la impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de depresión grave puede ocurrir una sola vez en el curso de la vida de una persona aunque suele ser recurrente a lo largo de la misma.
  • Trastorno distímico:
    También conocido como distimia, se caracteriza por sus síntomas de larga duración (dos años i más). Aunque es menos grave que la anterior y no incapacitar a la persona si puede impedirle desarrollar una vida normal o sentirse bien. Una persona con distimia también puede sufrir uno o más episodios de depresión grave a lo largo de su vida.
  • Depresión psicótica:
    Puede ocurrir cuando una enfermedad depresiva grave está acompañada por alguna forma de psicosis, como por ejemplo la ruptura con la realidad, alucinaciones y delirios.
  • Depresión posparto:
    Este tipo de depresión se diagnostica cuando una mujer que ha dado a luz recientemente sufre un episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto. Se calcula que en torno al 10 o 15% de las mujeres padecen depresión posparto después de dar a luz.
  • Trastorno efectivo emocional:
    Este tipo de depresión se caracteriza por la aparición de una enfermedad depresiva durante los meses de la estación invernal, precisamente cuando disminuyen las horas de luz solar. Generalmente desaparece durante la primavera y el verano.

Tratamiento

Una vez que se ha diagnosticado un caso de depresión se debe iniciar el tratamiento que, en la mayoría de los casos será combinado. Por lo tanto el tratamiento habitual consiste en la combinación de una terapia farmacológica con apoyo psicológico.

  • Tratamiento farmacológico:
    Este tipo de tratamiento suele aplicarse a personas que sufren cuadros depresivos moderados o graves. No se suele recurrir a este tratamiento en casos de depresión leve debido a su estrecho perfil beneficio-riesgo. Este tratamiento se considera de primera línea a pesar de que existe un 38% de afectados que después de 6 a 12 semanas no presentan respuesta al tratamiento instaurado y el 54% no experimenta remisión de los síntomas.
  • Tratamiento psicoterápico:
    Dentro de este tratamiento se distinguen dos terapias: la cognitivo-conductual y la psicoterapia interpersonal. La duración de la terapia depende del tipo de depresión diagnosticada así como la situación y la educación de la persona. En casos de depresión grave o crónica si alguna de estas terapias se asocia a un tratamiento farmacológico su efectividad será mucho mayor.
    • Terapia cognitiva conductual (CBT): mediante esta terapia se intentan modificar estilos negativos de pensamiento y conductas que pueden contribuir a la depresión. Consiste en una terapia cognitiva (que ayuda a desarrollar pensamientos saludables) con una terapia de conducta (que ayuda a responder de mejor manera a situaciones difíciles de la vida).
    • Terapia Interpersonal (IPT): mediante esta terapia se intentan cambiar las relaciones que causan o exacerban la depresión.
  • Remedios y tratamientos tradicionales:
    • Ejercicio físico regular: el ejercicio puede ser efectivo para que los factores psicológicos de la depresión disminuyan además de incrementar los niveles de ciertos químicos del cerebro que ayudan a sentirse mejor.
    • Incrementar la exposición a la luz: suele ser utilizado frecuentemente para tratar a personas que sufren de depresión estacional, como la depresión invernal.
    • Suplementos nutricionales: algunos estudios han demostrado que los suplementos que contienen nutrientes vitales pueden reducir los síntomas de la depresión. Un ejemplo de ello son los suplementos que contienen aminoácidos, ya que estos se convierten en neurotransmisores que alivian la depresión y otros trastornos mentales.
    • Ejercicios de relajación y meditación: la relajación profunda, la meditación y los estados de atención concentrada sobre un objeto de pensamiento o conciencia, pueden ser efectivos para determinados síntomas de la depresión como la dificultad para dormir.
    • La acupuntura: ha sido un remedio utilizado por muchas culturas para tratar casos de depresión.

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