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Aftas Bucales

La Estomatitis Aftosa Recidivante (EAR), conocida vulgarmente como afta, son pequeñas úlceras o llagas abiertas que suelen tener un aspecto blanquecino o amarillento además de estar rodeadas de una especie de anillo rojizo. Pueden aparecer en cualquier parte del tejido mucoso que recubre el interior de la boca y suelen ser muy dolorosas.

Tipos de aftas bucales

Se considera que pueden afectar a un 20% de la población general en algún momento de su vida. Según las estadísticas, el 50% de las personas que padecen aftas las sufren antes de los 20 años además, suelen tener preferencia por el sexo femenino. Pueden aparecer en cualquier época del año aunque predominan en primavera y otoño. Actualmente se desconocen sus causas aunque se relacionan con la ingesta de determinados alimentos, con deficiencias nutricionales u hormonales, sistema inmune deprimido, etc. Como suelen estar dentro de los síntomas asociados a la candidiasis hemos querido dedicarle un artículo en nuestra web para ayudaros a conocer mejor esta dolencia.

¿Qué son las aftas?

Pequeñas úlceras o llagas abiertas que aparecen en el interior de la boca Un afta es una pequeña úlcera o llaga abierta que aparece en el tejido mucoso que recubre el interior de la boca. La lesión suele tener un aspecto blanquecino o amarillento, estando rodeada de una especie de anillo rojizo. Habitualmente, se localizan en la parte interior de las mejillas, base de las encías, en el velo del paladar, en la lengua y en la zona interior de los labios. Generalmente son lesiones muy dolorosas, benignas, no contagiosas y que no dejan cicatriz; considerándose recurrentes, es decir, que una vez que se ha tenido un afta es muy probable que reaparezca cada cierto tiempo en el mismo o diferente lugar.

Se diferencian tres conceptos básicos:

  • Aftas verdaderas o vulgares:
    Se caracterizan por ser muy dolorosas, agudas y recidivantes (vuelven a aparecer), de etiología multifactorial y desconocida. Es la lesión elemental.
  • Aftoides:
    Son úlceras producidas generalmente por virus. Se inician como vesículas y evolucionan a úlceras. Su etiología es conocida por lo que no son auténticas aftas.
  • Aftosis:
    Es como se conoce a los procesos sistémicos que cursan con aftas o aftoides. Suelen tener localización en la mucosa bucal y genital.

Causas

Las causas más comunes de la aparición de aftas bucales pueden estar relacionas con diferentes factores como:

  • Herencia.
  • Factores inmunológicos (defensas bajas).
  • Factores psicológicos (estrés, ansiedad, depresión, etc.).
  • Traumatismos o agresiones mecánicas (mordeduras, trauma durante el cepillado, alimentos duros, aparatos, dientes dañados, etc.).
  • Deficiencias alimentarias o vitamínicas (bajos niveles de vitamina B12, A, E y C, ácido fólico y hierro).
  • Tabaquismo.
  • Alergias o intolerancias a determinados alimentos.
  • Factores endocrinos (etapa premenstrual, embarazo o menopausia).
  • Factores víricos y bacterianos.

Síntomas

Los síntomas más comunes de las aftas bucales puede ser:

  • Mancha o protuberancia roja y dolorosa que se transforma en una úlcera abierta.
  • La úlcera suele presentar un color blanco o amarillo en su parte central.
  • Suelen ser de pequeño tamaño (menos de 1cm) pero, a veces, pueden ser mayores.
  • La úlcera puede volverse de color gris poco antes de comenzar a curarse.

Tipos de aftas

Existen tres formas clínicas de aparición de aftas que son las menores, mayores y estomatitis aftosa herpetiforme. A continuación explicamos brevemente en que consiste cada una:

  • Aftas menores (Afta minor o menor):
    Afta de tipo menor También conocidas como Aftas de Mikulicz o úlceras aftosas leves, son pequeñas úlceras de morfología ovalada o redondeada. Su tamaño oscila entre 2 y 5 mm de diámetro caracterizándose por pérdida de sustancia superficial, fondo amarillento, necrótico y poco profundas. Los bordes son poco elevados, turgentes (abultadas) y con un halo eritematoso (rojizo) rodeando a la lesión. Se inician como una mancha rosada que en pocas horas se ulcera. Suelen doler intensamente y escocer aumentando cuando se consumen ácidos o picantes y, también, al hablar y masticar.
    Se curan espontáneamente en una semana sin dejar cicatriz y suelen localizarse en zonas no queratinizadas de la mucosa bucal como: mucosa labial, surco vestibular, mucosa yugal, borde lingual, suelo de la boca, encías y paladar.
  • Aftas mayores (Afta major o mayor):
    Afta de tipo mayor También conocidas como afta crónica habitual o simple recidivante, son erosiones de la mucosa con un diámetro superior a 0,5.1 cm. Son profundas con márgenes claramente delimitados pero irregulares y destructivas, ya que pueden alcanzar el tejido conectivo y presentar un fondo hemorrágico por lesión de los vasos. Persisten durante mucho tiempo y los brotes se suceden sin periodo libre de lesiones. La enfermedad pasa por varios estadios: un primer estadio nodular, un segundo estadio ulceroso y tercer y último estadio cicatricial, ya que las úlceras se curan dejando cicatrices de carácter fibroso y retráctil. Se caracterizan por provocar un dolor muy intenso además de aparecer 1 o 2 al mismo tiempo. Suelen afectar a la mucosa labial, paladar blando e istmo de las fauces. La cicatrización es más larga, puede durar semanas o meses y, a veces, el proceso inicial puede ir acompañado de fiebre, disfagia (dificultad para comer) y malestar general.
  • Estomatitis aftosa herpetiforme (Forma herpetiforme):
    Estomatitis aftosa herpetiforme Se caracterizan por la aparición de múltiples úlceras (de 5 a 100) pequeñas (1-3mm), redondas y dolorosas agrupadas en racimos similares a las úlceras del herpes simple pudiendo estar localizadas en cualquier parte de la cavidad oral. Tras varios días (10-14 días), tienden a unirse formando úlceras más grandes e irregulares. Suelen aparecer en la tercera edad y son más comunes en las mujeres. En algunos casos, presentan una actividad continua desarrollando lesiones nuevas al cicatrizar las antiguas o con úlceras asociadas a enfermedades sistémicas (aftosis compleja).

Tratamiento

Aún no se conoce un tratamiento específico y los que se utilizan sirven para mejorar los síntomas No hay un tratamiento específico y todos los que se utilizan sirven para mejorar la sintomatología. Una vez establecido el diagnóstico de afta y conocida la relación con un agente desencadenante o deficiencia el primer paso será la corrección del mismo. Para evitar traumatismos se pulirán las aristas cortantes de los dientes, se evitarán los alimentos muy sólidos y la técnica de cepillado deberá ser correcta y con un cepillo suave. También se suprimirán de la dieta los posibles alimentos desencadenantes del brote y, si es necesarios, se tratará el estrés.

El tratamiento sistémico está indicado cuando el local no ha sido suficiente para controlar el brote o cuando las aftas forman parte de la sintomatología de un síndrome aftoso. A continuación se detallan las sustancias utilizadas normalmente en el tratamiento que deben ser recetadas y seguidas por un especialista.

Tratamiento local:

  • Antisépticos:
    Digluconato de Clorhexidina: en concentración al 0’12-0’20% como colutorio o en forma de gel al 1%. El colutorio se usará para realizar enjuagues tres veces al día tras las comidas y el gel se aplicará tres veces al día sobre las lesiones. Evita la sobre infección de la úlcera acelerando su curación.
  • Antibióticos:
    Tetraciclinas: 250 mg disueltos en 10 ml de agua. La solución se mantiene en la boca como enjuague. Es muy útil para tratar la forma herpetiforme.
  • Corticoides tópicos:
    En la actualidad son la mejor ayuda para el tratamiento de la estomatitis aftosa. Se usan en forma de colutorios, pomadas, geles, aerosoles, infiltraciones perilesionales o comprimidos que se disuelven en la boca. Los más habituales son: Acetónido de Triamcinolona al 0’05-0’1% en orabase o en solución acuosa, Propionato de Clobetasol al 0’025% en orabase y Fluocinolona al 0’05-0’1% en orabase.
    Las infiltraciones perilesionales están indicadas en las aftas mayores, muy dolorosas y con cicatrización lenta. Se usa un preparado de Triamcinolona (25 mg/ml).
  • Otros:
    Benzidamida en colutorio y Carbenoxolona en orabase.
    Pomadas de: alfa-2-interferón humano, Ciclosporina tópica, Deglicirricinato y Ácido 5-amino salicílico tópico.

Tratamiento sistémico:

  • Corticoides:
    Cuando los medicamentos locales fracasan se suele recetar: Prednisona en tabletas de 20 mg (2 diarias durante 5 días y luego 1 diaria durante una semana más) y Acetónido de Triamcinolona en comprimidos de 8 mg (3 veces al día).
  • Talidomida:
    Tiene un efecto inmunomodulador. La dosis es de 100 mg/día durante 2-3 meses. Es teratógena por lo que su administración debe estar muy controlada en mujeres en edad fértil. Se usa en aftas que no responden a otros tratamientos y en pacientes VIH-positivos.
  • Colchicina:
    En dosis de 0’6 mg, tres veces al día. Aunque puede usarse una dosis mayor asociada a talidomida. Las dosis sería 100-200 mg de Talidomida y 1-3 mg de Colchicina.
  • Lisozima:
    En dosis de 500 mg cada 12 horas
  • Levamisol:
    150 mg repartidos en tres tomas al día, 2 días a la semana, durante dos meses. Su uso está muy discutido debido a los efectos secundarios que produce.
  • Inmunosupresores:
    Azatioprina 50 mg dos veces al día.
  • Sulfato de Zinc:
    Se ha demostrado su utilidad con dosis de 60 mg al día, o bien combinando 300 mg orales con pomada de sulfato de zinc al 1%.
  • Interferón:
    A dosis de 1.200 UI/día controlaron las aftas en dos semanas. Será la última alternativa de tratamiento ya que produce muchos efectos secundarios.
  • Laserterapia:
    Tanto con el láser HeNe como el de CO2 se ha observado efecto beneficioso sobre los signos y síntomas de las aftas.
  • Otros:
    Además de los citados anteriormente se han intentado diversos tratamientos con: ácido cromoglícico, cromoglicato disódico, aciclovir, etretinato, isoprinosina, longovital, anapsos, pentoxifilina, aloe vera en hidrogel, ciclosporina y hidroxiurea (sobre todo en pacientes HIV-positivos).

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