Prurito Anal y Vaginal
El prurito consiste en el hormigueo o irritación de la piel que provoca el deseo de rascarse la zona afectada. Dicho rascado puede provocar inflamación y empeorar los síntomas relacionados con el prurito.
El prurito se caracteriza por una sensación de picor intenso que suele dar lugar a un deseo de rascado de la zona afectada. Dicho picor puede llegar a ser muy molesto y dificultar las tareas cotidianas llegando, incluso, a provocar ansiedad y depresión. En muchos casos el prurito está relacionado con una infección bacteriana o fúngica, aunque también existen otras causas. Será especialmente importante tomar una serie de medidas higiénicas para mejorar los molestos síntomas relacionados con el prurito.
¿Qué es el prurito?
El prurito es un hormigueo o picor que se siente en una parte del cuerpo y que provoca la necesidad o el deseo de rascarse. En algunas zonas del cuerpo puede ir acompañado de enrojecimiento e hinchazón de la piel afectada o el área circundante.
Causas
A continuación se muestran algunas de las causas más habituales que pueden dar lugar a prurito anal o vaginal.
Causas más habituales del prurito anal:
- Comidas picantes, cafeína, alcohol y otros alimentos o bebidas irritantes.
- Esencias o tintes en el papel higiénico o el jabón.
- Diarrea.
- Hemorroides (venas hinchadas dentro o alrededor de la zona anal).
- Infecciones de transmisión sexual (ITS).
- Tomar antibióticos.
- Fisura anal.
- Eccema o dermatitis atópica.
- Candidiasis.
- Parásitos como los oxiuros (que son más comunes en niños) suelen producir comezón en el ano.
Causas más habituales del prurito vaginal:
- Productos químicos como perfumes y colorantes en detergentes y suavizantes así como aerosoles femeninos, ungüentos y cremas que pueden irritar la vagina o la piel a su alrededor.
- Candidiasis vaginal.
- Vaginitis.
- Falta de estrógenos.
- Diabetes mellitus.
- Falta de hierro.
- Infecciones bacterianas.
- Enfermedades de transmisión sexual.
- Introducir objetos extraños en la vagina.
- Parásitos como los oxiuros que son más frecuentes en la niñez.
Síntomas
Los síntomas más comunes asociados al prurito pueden ser:
-
Prurito anal:
- Picor.
- Irritación.
- Sensación de Quemazón.
- En algunos casos secreción o sangrado.
-
Prurito vaginal:
- Picor.
- Hinchazón.
- Irritación.
- Sensación de quemazón.
- Secreciones vaginales cuya consistencia, color y olor dependen del agente causante.
Cuidados personales
Para favorecer la mejoría de los síntomas y no convertir dicha dolencia en crónica, se recomienda seguir una serie de pasos como los que se detallan a continuación:
- En casos de prurito anal:
- Limpiar la zona afectada suavemente después de las deposiciones, sin frotarse. Utilizar una botella comprimible de agua, toallitas para bebé sin perfumar, una toalla húmeda o papel higiénico húmedo y sin perfume.
- Evitar jabones con colorantes o fragancias.
- Usar ropa interior de algodón y ropa suelta para favorecer y ayudar a mantener el área afectada seca.
- Tratar de no rascarse el área afectada ya que puede causar inflamación e irritación lo que conlleva un empeoramiento de la picazón.
- Evitar alimentos y bebidas que puedan provocar heces sueltas o irritar la piel alrededor del ano. Esto incluye alcohol, cafeína y comidas picantes.
- Utilizar, si es necesario, suplementos de fibra para ayudar a tener deposiciones regulares.
- En casos de prurito vaginal:
- Evitar el papel higiénico perfumado o de color y los baños de espuma.
- Usar jabón natural sin aromas.
- Limitar el tiempo del baño a 15 minutos o menos.
- Usar sólo agua tibia corriente. No es recomendable agregar bicarbonato sódico o tratamientos con baños de avena.
- Secarse la parte externa de la vagina y la vulva dando palmaditas en lugar de frotarse con el papel higiénico.
- Limpiar o lavar el área de adelante hacia atrás (desde la vagina hacia el ano) después de orinar o defecar.
- Usar ropa interior de algodón y evitar los materiales sintéticos.
- Cambiarse de ropa interior todos los días.
- Evitar pantalones o prendas apretadas.
Tratamiento
Como el prurito es un síntoma debe buscarse la causa orgánica, psíquica o mixta que lo provoca. Una vez que desaparece la enfermedad subyacente el prurito también desaparecerá. El tratamiento también debe ir encaminado a eliminar posibles alteraciones de la integridad de la piel y la obtención de un cierto confort.
El tratamiento del prurito puede realizarse de las siguientes maneras:
- Educación de la persona afectada y eliminación o minimización de los factores causales.
- Antibióticos para infecciones vaginales bacterianas, incluyendo infecciones de transmisión sexual.
- Medicamentos antimicóticos.
- Antihistamínicos para el alivio durante la noche.
- Ungüentos que contengan hormonas.
- Cremas o lociones esteroides para reducir la inflamación.
- Tratamientos sistémicos.
- Dada la naturaleza subjetiva del prurito, la eficacia también depende de factores psicológicos.
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