Esofagitis
La esofagitis es la inflamación de la mucosa que recubre el interior del esófago y que puede tener síntomas como ardor, quemazón y dificultad para deglutir.
El esófago es la parte del sistema digestivo que comunica la boca con el estómago. Está separado de éste por una válvula llamada esfínter esofágico inferior, que tiene como función la de evitar que los alimentos y los flujos gástricos refluyan hacia la boca. Precisamente el reflujo es una de las causas más frecuentes de esofagitis y suele deberse a que dicho esfínter esofágico está anormalmente relajado permitiendo que el contenido del estómago refluya y ascienda hacia el esófago. También existen otras causas como la infección por hongos o virus. El síntoma más frecuente de la esofagitis suele ser el ardor o pirosis, que se describe como una sensación de quemazón que sube del estómago hasta la garganta.
¿Qué es la Esofagitis?
El esófago es la parte del sistema digestivo que comunica la boca con el estómago. El esfínter esofágico inferior es una válvula que se encarga de separar el esófago del estómago y que tiene como función la de evitar que los alimentos y los jugos gástricos refluyan hacia la boca.
La esofagitis es la inflamación de la mucosa que reviste la capa interna del esófago.
Causas
En muchos casos la esofagitis es causada por el reflujo de líquido desde el estómago hacia el esófago. Dicho líquido contiene ácido que irrita el tejido. Este problema se debe a que el esfínter esofágico inferior está anormalmente relajado y permite que el contenido del estómago (ácidos gástricos) refluya y ascienda hacia el esófago.
También existan otras causas de esofagitis menos frecuentes que pueden provocar inflamación e irritación de la mucosa del esófago, como pueden ser:
- Consumo de medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos, antibióticos y corticosteroides, doxiciclina, ibandronato, risedronato, tetraciclinas, etc.
- Vómitos de repetición.
- Tratamiento con radioterapia en el tórax, como sucede en los tratamientos para el cáncer de pulmón.
- Infecciones por hongos y hongos levaduriformes (en la mayoría de los casos Cándida).
- Infecciones por virus como el herpes o el citomegalovirus.
- Cirugía previa de la zona.
- Ingesta de cáusticos (como lejía).
- Enfermedades sistémicas.
Síntomas
En principio el síntoma más frecuente de la esofagitis es el ardor o pirosis (sensación de quemadura), que es a causa de la enfermedad por reflujo. Dicha pirosis se describe como una sensación de quemazón que sube desde el estómago hasta la garganta. En algunas ocasiones también puede aparecer regurgitación, es decir, una sensación de retorno del contenido gástrico a la boca.
Otros síntomas de la esofagitis incluyen:
- Dolor o molestias en el tórax o en la zona abdominal (generalmente en la boca del estómago).
- Dificultad al tragar (disfagia). En caso de esofagitis de larga duración puede formarse tejido cicatricial que provoca estrecheces en el esófago y que pueden dificultar la deglución.
- Náuseas, vómitos y eructos repetidos.
- Pérdida de peso y apetito, especialmente en casos de enfermedad crónica y avanzada.
- Tos.
- El reflujo puede llevar a la aparición de úlceras en el esófago que pueden sangrar y ocasionar pérdidas de hierro que lleven a una anemia crónica, en este caso, debido a pérdidas de sangre.
Diagnóstico
A continuación se muestran las pruebas más habituales para el diagnóstico de la esofagitis:
- Gastroscopia: Permite ver el esófago directamente así como las lesiones de la mucosa, sirve para descartar otros problemas como hernia de hiato o úlcera gástrica.
- Ph-metría: Esta prueba consiste en medir la acidez en la zona inferior del esófago durante un periodo de 24 horas. Con ello se cuantifica la frecuencia y duración de los episodios de reflujo responsables de la esofagitis.
- Manometría esofágica: Consiste en medir las presiones dentro del esófago. No es una prueba que se realice de una forma habitual. En los casos de reflujo la presión de cierre del esfínter esofágico inferior está disminuida.
- Esofagogastroduodenoscopia (EGD): Se realiza una extracción de un pedazo de tejido del esófago para su análisis (biopsia).
Tratamiento
El tratamiento tiene como finalidad mejorar los síntomas que predominen en cada paciente y, en aquellos casos en los que sea posible, se realizará el tratamiento de la enfermedad de base.
- Para esofagitis infecciosas se utilizarán antibióticos, antifúngicos o antivirales.
- En aquellas esofagitis debidas a radiación o ingesta de cáusticos y que cursan con dolor importante será necesario el uso de analgésicos.
- Si existe estrechez importante del esófago será necesario realizar algún procedimiento de dilatación del esófago.
- En caso de que exista reflujo gastroesofágico se realizará un tratamiento específico del mismo. Éste se basa en una serie de medidas higiénico-dietéticas, tratamiento farmacológico (antisecretores y antiácidos) y tratamiento quirúrgico en aquellos casos que existan complicaciones graves.
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