Hipertensión Arterial
La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de la presión sanguínea por encima de los límites, lo que aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que va en aumento en la población de países desarrollados y de países en vías de desarrollo, siendo una de las principales causas de consulta en los servicios de atención primaria. Esta enfermedad es asintomática por lo que cursa sin complicaciones graves pero que puede ser letal si no se trata a tiempo, ya que puede desarrollar enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
¿Qué es?
La presión arterial deseable es de 130/80 como límite máximo La presión arterial es la fuerza necesaria para que la sangre circula a través de las arterias. La hipertensión es el término que se utiliza cuando existe una presión arterial alta, es decir, que la fuerza ejercida por el corazón a las arterias es excesiva o más alta de lo recomendable. Se considera que existe hipertensión cuando las cifras de la tensión arterial se encuentran por encima de 140/90 mm Hg.
Se considera que tenemos una presión arterial normal cuando la misma se encuentra en una cifra inferior a 120/80 mm Hg. Si los valores de presión arterial son superiores a 120/80 pero no llegan a 140/90 se conoce como prehipertensión y habría que empezar a tomar medidas para que dicha no siga aumentando.
Las enfermedades cardiovasculares son una de las primeras causas de mortalidad pero la hipertensión es una patología tratable. Por lo tanto, si no se siguen las recomendaciones del médico se pueden desencadenar complicaciones graves como, por ejemplo, un infarto de miocardio o una trombosis cerebral, que pueden evitarse con el control adecuado.
Causas
Aunque aún no se conocen las causas desencadenantes de la hipertensión si se sabe que hay condicionantes que aumentan la probabilidad de desarrollar una presión arterial alta como pueden ser la edad avanzada y los antecedentes familiares de hipertensión. La presencia de otras enfermedades como diabetes, colesterol elevado y obesidad también predisponen a padecer hipertensión arterial.
En un porcentaje más pequeño la hipertensión arterial puede haber sido causada por: consumo de alcohol, determinados fármacos (corticoides. Antiinflamatorios, anticonceptivos orales), enfermedades renales y otros trastornos menos comunes.
También se considera que los hombres tienen una mayor predisposición a desarrollar hipertensión arterial con respecto a las mujeres hasta que éstas llegan a la edad de la menopausia, donde la frecuencia de ambos sexos se iguala. Esto es así gracias a que las mujeres durante la edad fértil tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares excepto si toman anticonceptivos orales.
Síntomas
En la mayoría de los casos la hipertensión transcurre sin que haya ningún tipo de síntoma, por lo que la enfermedad pasa desapercibida con el riesgo que ello conlleva. En algunos casos hay síntomas inespecíficos como las cefaleas pero tampoco se pueden atribuir a la hipertensión.
En el caso de que un hipertenso haya estado sin diagnóstico durante mucho tiempo puede generar complicaciones como una angina de pecho, que es un síntoma derivado de la presión arterial alta.
Factores de riesgo
Los principales órganos a los que afecta la hipertensión arterial son el corazón, los riñones, el cerebro y las arterias. La hipertensión arterial puede ser el principal factor de riesgo para enfermedades como:
- Angina de pecho.
- Infarto de miocardio.
- Insuficiencia renal.
- Ictus.
Tipos de hipertensión
La tensión arterial tiene dos componentes:
- Tensión sistólica: Es el número más alto. Representa la tensión que genera el corazón cuando bombea la sangre al resto del cuerpo.
- Tensión diastólica: Es el número más bajo. Se refiere a la presión en los vasos sanguíneos entre los latidos del corazón.
La tensión arterial se mide en milímetros de mercurio (mmHg). La tensión arterial alta (HTA) se diagnostica cuando uno de estos números o ambos son altos. Esta enfermedad se conoce también como hipertensión.
La tensión arterial alta se clasifica como:
- Normal: menos de 120/80 mmHg
- Prehipertensión: 120/80 a 139/89 mmHg
- Estadio 1 de hipertensión: 140/90 a 159/99 mmHg
- Estadio 2 de hipertensión: 160/109 a 179/109 mmHg
- Estadio 3 de hipertensión: mayor de 179/109 mmHg
Diagnostico
El diagnóstico de la hipertensión arterial debe hacerse con la medición de la presión arterial. Para ello, consideraremos las cifras expuestas con anterioridad para establecer el diagnóstico y para evitar una medición condicionada por estados emocionales alterados como ansiedad por la presencia del médico se aconsejan dos métodos:
- La automonitorización de la presión arterial o AMPA: en la que uno mismo con un aparato digital correctamente calibrado y validado se realiza dichas mediciones en su domicilio.
- La monitorización ambulatoria de la PA o MAPA: el dispositivo se coloca en el brazo del individuo durante 24 h y va registrando, cada 20 minutos durante el día y cada 40-60 minutos durante la noche, las distintas cifras de PA registrándolas en un aparato acoplado a la cintura.
Tratamiento
A la hora de tratar la hipertensión podemos de hacerlo de dos formas.
Tratamiento no farmacológico de la hipertensión:
Consiste en llevar un estilo de vida saludable y se considera el tratamiento inicial de la hipertensión (HTA). Para ello es importante realizar una dieta adecuada, hacer ejercicio y abandonar el tabaco. Así:
- La dieta mediterránea se considera la opción más saludable para tratar la hipertensión. Se recomienda una restricción moderada de sal, especialmente en individuos ancianos y de raza negra. Por lo tanto, el consumo de sal no debe superar los 3-4 g/día, considerando también los alimentos con “sal oculta” o procesados. Igualmente, se recomienda una reducción de peso en caso de que este fuera excesivo, si bien una reducción de 5-10%, al menos como planteamiento inicial, puede ser un objetivo mucho más asequible que intentar conseguir el peso ideal.
- El ejercicio moderado y ajustado a cada individuo debe ser la herramienta para combatir el sedentarismo y la obesidad, se recomienda una media de 30 minutos de actividad aeróbica diaria (andar a paso ligero, nadar, correr, montar en bicicleta…).
- Finalmente, el tabaquismo debe abandonarse con firmeza si se quiere prevenir la enfermedad cardiovascular en general, y la hipertensión arterial en particular.
Tratamiento farmacológico de la hipertensión:
En caso de que los cambios de los hábitos de vida no funcionen, existen tratamientos farmacológicos que son muy útiles para controlar la presión arterial. Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco pero en algunos casos puede ser necesario combinar dos o tres medicinas para controlar la presión arterial.
Es muy importante ser constantes con los tratamientos para evitar complicaciones Debido a que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, es fundamental que ser constantes con los tratamientos. Como es una patología que se padece durante muchos años suele existir una tendencia a relajarse con las instrucciones que le proporciona el médico, lo que puede tener una serie de consecuencias. La principal es que tendrá la hipertensión mal controlada, lo que a largo plazo puede derivar en complicaciones cardiovasculares mayores como infarto de miocardio, ictus, deterioro de la función renal o de la circulación de las piernas, entre otros.
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