Congestión Nasal
La congestión nasal se produce cuando se inflama la membrana que recubre las fosas nasales, lo que origina una obstrucción que dificulta la respiración y puede obligar a respirar por la boca.
La congestión nasal se caracteriza por la dificultad para respirar provocada generalmente por el exceso de moco, lo que obliga a respirar por la boca. Dicha congestión nasal puede estar causada por diversos factores, siendo un resfriado o una gripe los más habituales pero también hay otros como alergias e infecciones. En principio, la congestión nasal no necesita tratamiento excepto si se prolonga durante el tiempo y, además, está acompañada de síntomas molestos.
¿Qué es?
La congestión nasal se produce cuando se inflama la membrana que cubre el interior de la nariz, lo que provoca una obstrucción que dificulta la respiración. Dicha inflamación, es el resultado de una vasodilatación de los capilares sanguíneos que se produce como respuesta a un fenómeno inflamatorio. Generalmente, acompaña a trastornos como la gripe, el catarro o las alergias pero también puede ser un síntomas de trastornos del aparato respiratorio como la bronquitis, la sinusitis o la faringitis.
Existen varios factores que pueden causar congestión nasal, algunos de ellos son: el tabaco, la contaminación ambiental, el aire seco, los cambios bruscos de temperatura, etc. También puede deberse a una desviación del tabique nasal, lo que puede favorecer el desarrollo de infecciones respiratorias.
En caso de que la nariz se encuentre taponada se hace necesario respirar por la boca, lo que facilita la entrada de gérmenes patógenos que, a su vez, facilita el desarrollo de resfriados o de gripe. Además, el taponamiento nasal, dificulta el descanso ya que la persona afectada se ve obligada a respirar por la boca mientras duerme, lo que produce sequedad en la mucosa oral y, como consecuencia, tos.
Causas
Las causas más frecuentes de congestión nasal son las siguientes:
- Infecciones: En estos casos la congestión nasal puede estar acompañada de otros síntomas como rinorrea, tos o dolor de garganta.
- Inflamación de los senos nasales (sinusitis): La sinusitis, normalmente causada por virus o bacterias, es la infección de las mucosas que recubren las fosas paranasales.
- Alergias: Uno de los síntomas más frecuentes que se suele presentar en cuadros de alergia es la congestión nasal.
- El aire seco, el humo, el polvo y determinadas sustancias tóxicas: Los cambios de temperatura en el ambiente, los ambientes cargados, el humo del tabaco o la contaminación pueden influir en la salud de las mucosas nasales.
- Uso regular de gotas nasales: Las gotas nasales suelen ser vasoconstrictoras y ayudan a controlar la congestión nasal. Suelen ser muy efectivas por lo que se puede tender a un uso excesivo y esto puede revertir el efecto de forma más intensa.
- Cuerpos extraños en la nariz: Un cuerpo extraño actúa como un obstáculo en las vías respiratorias que, en el caso de sean cuerpos extraños externos, pueden provocar complicaciones como infecciones.
- Pólipos nasales: Los pólipos o excrecencias benignas en la mucosa nasal también pueden obstaculizar las vías respiratorias.
- Desviación del tabique nasal: Alteraciones anatómicas en la zona de la nariz pueden provocar que aparezcan síntomas como la congestión nasal.
- Tumores nasales, benignos y malignos: Los tumores en la zona de la nariz actúan como un cuerpo extraño obstaculizando las vías respiratorias.
Síntomas
Aunque la congestión nasal en sí es un síntoma y no una enfermedad, existen una serie de manifestaciones clínicas que pueden acompañarla:
- La rinorrea o eliminación de moco es una manifestación habitual de la congestión nasal y precisa de un drenaje constante y secado con pañuelos, lo que puede originar una irritación con eritema de las alas de la nariz.
- Cuando la congestión nasal se mantiene en el tiempo puede interferir con el descanso nocturno, ya que origina cierta incomodidad para respirar, sobre todo en decúbito.
- Durante el sueño puede acompañarse de ronquidos y despertares bruscos.
- Como obliga a respirar con la boca abierta genera sequedad de la mucosa y mal aliento.
- También puede llegar a interferir en la audición y se asocia a un cambio de voz (voz nasal).
- Cuando las causas sean infecciosas, pueden presentarse fiebre, dolores musculares y de cabeza.
- Cuando las causas sean alérgicas se acompañarán de picor de ojos, enrojecimiento y múltiples estornudos.
Cuándo consultar a un médico
Se recomienda consultar a un médico en caso de que se cumplan los siguientes síntomas asociados a la congestión nasal:
- Una duración anómala: Es decir, procesos de más de siete días que no suelen ser catarros comunes.
- Drenaje de moco purulento o con mal olor: Este hecho puede significar que exista una colección en alguno de los senos paranasales (sinusitis).
- Presencia de ganglios anormalmente abultados en el cuello.
- Epistaxis: La emisión de sangre por la nariz puede acompañar a la rinorrea o a la expulsión repetida de mucosidad, pero cuando se produzca en mayor cantidad debe ser valorada por un médico.
- Sospecha de obstrucción por cuerpo extraño: En el caso de los bebés o niños de corta edad, cuando la obstrucción es unilateral y se sospeche que ha podido introducir un cuerpo extraño debe ser explorado por un médico. No es recomendable la extracción del mismo por parte de los padres, pues puede introducirse a planos más profundos.
Diagnóstico
La congestión nasal no siempre necesita un diagnóstico ya que, por ejemplo, un resfriado leve suele desaparecer por sí solo sin necesidad de tratamiento específico. En el caso de que las molestias persistan o sean muy fuertes, es conveniente acudir al médico para que determine las causas de la congestión nasal.
El primer paso suele ser realizar una anamnesis completa cuyas preguntas más frecuentes tratan de dar respuesta a circunstancias como el tiempo transcurrido desde el inicio de las dificultades en la respiración nasal o si se sufren otras molestias asociadas, como rinorrea, estornudos, prurito en la nariz, ojos irritados o tos. Es importante determinar también si existen patologías previas, si se sufren alergias o si se abusa de los fármacos nasales que se presentan en spray.
La exploración física incluye un examen de la nariz y de los senos nasales. A veces, para el diagnóstico de la congestión nasal, también son necesarias determinadas pruebas para analizar la microbiota de la secreción nasal en busca de eventuales gérmenes, análisis de sangre, radiografías, pruebas de alergias o pruebas de olfato.
Tratamiento
Antes de comenzar un tratamiento es importante determinar la causa de la congestión nasal. En el caso de que se haya producido como consecuencia de una gripe, será necesario el uso de medicamentos antigripales que prescribirá un médico y contribuirán a que los mocos fluyan al exterior, aliviando la obstrucción. Por el contrario, si el taponamiento se debe a una reacción alérgica, los antihistamínicos pueden paliar los síntomas.
Existen determinados medicamentos que están especialmente indicados para descongestionar la nariz, ya que actúan constriñendo los vasos sanguíneos situados en el revestimiento interior. Dichos fármacos alivian el taponamiento, aunque no influyen sobre otros síntomas como la rinorrea (exceso de mocos). Sin embargo, no es conveniente emplearlos durante más de tres días seguidos porque de lo contrario se puede producir un “efecto rebote” que tendría como consecuencia un empeoramiento de la congestión.
Consejos para prevenir y aliviar la congestión nasal:
- No colocarse en posición horizontal al dormir, sino en una postura que permita mantener la cabeza algo elevada (con la ayuda de cojines, por ejemplo).
- Anticiparse a la congestión alérgica en las estaciones del año donde se sabe que se inicia la floración de los agentes de la alergia. Si es preciso, usar mascarilla cuando se camine por la calle y aplicarse los descongestionantes y antihistamínicos por anticipado.
- Beber mucho líquido para mantenerse hidratado.
- Reducir la sequedad del ambiente (sobre todo en el dormitorio) con la ayuda de un humidificador.
- Respirar vahos de eucalipto, especialmente antes de acostarse.
- No fumar ni permanecer en ambientes con humo.
- Evitar el contacto con sustancias que puedan producir irritación nasal (pelo de mascotas, polvo, productos con olores fuertes...).
- Laverse las manos con frecuencia.
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