Salmonelosis
La salmonelosis es una enfermedad infecciosa causada por una enterobacteria llamada Salmonella que está limitada en el tracto intestinal y cuyo exceso da lugar a síntomas como diarrea, vómitos, dolor abdominal y malestar.
La salmonelosis es una forma de gastroenteritis causada por consumir alimentos o bebidas contaminadas por bacterias de Salmonella, cuya infección da lugar a síntomas como dolor abdominal, vómitos, fiebre y diarrea. Se caracteriza por un periodo de incubación de 6 a 48 horas y sus síntomas suelen durar de 4 a 7 días. Para prevenir la salmonelosis es importante cuidar la higiene en la preparación de las comidas y refrigerar los alimentos de forma adecuada.
¿Qué es?
La salmonelosis es una infección intestinal común causada por la bacteria Salmonella, que se encuentra ampliamente distribuida por la naturaleza, lo que hace que sea difícil evitar la contaminación de otros animales.
Se conocen dos tipos de afecciones causadas por Salmonella, la fiebre tifoidea (Salmonella typhi) y la salmonelosis no tifoidea (Salmonella no typhi). Todas ellas son del género Enterobacteriaceae, y son las responsables de las conocidas como fiebres entéricas, que pueden agravarse cuando pasan a la sangre en forma de bacteriemia.
Las gastroenteritis por Salmonella son más frecuentes en niños menores de 5 años y en aquellas personas que sufren algún tipo de inmunodeficiencia como, por ejemplo, el VIH.
Causas
En condiciones normales es necesaria una cantidad elevada de Salmonellas para que se produzca infección La salmonelosis que afecta al ser humano suele ser causada por infecciones alimentarias. En este caso el patógeno es la bacteria Salmonella que pueden reproducirse fácilmente con oxígeno (aeróbicos) y sin él (anaeróbicos). Normalmente el jugo gástrico ácido es capaz de matar a los patógenos, por lo que para que se produzca una salmonelosis es necesaria una cantidad elevada de gérmenes (en adultos entre 10.000 y 10.000.000 de bacterias de Salmonella). Sin embargo, existen situaciones como la infancia y la vejez que con menores cantidades de Salmonella (menos de 100 bacterias) ya puede darse una infección. Las Salmonellas que pasan del estómago al intestino producen una infección del intestino grueso (colitis) y delgado (enteritis). La salmonelosis también se conoce como enfermedad tóxica intestinal debido a que los patógenos se introducen en las células de la mucosa intestinal y la dañan la liberar sustancias tóxicas.
Factores de riesgo
Factores de riesgo que pueden favorecer la infección por Salmonella:
- Factores dependientes del tubo digestivo: El déficit en la producción de ácido clorhídrico, determinados antibióticos que se hayan tomado para tratar otras infecciones, fármacos que disminuyen los movimientos peristálticos del intestino, personas operadas del estómago, etc.
- Factores generales del individuo: Inmunodeficiencias como, por ejemplo, la infección por el VIH, trasplantes de órganos, algunos fármacos como los corticoides, enfermedades autoinmunes, deficiencias congénitas de algunas inmunoglobulinas, anemias crónicas, etc.
Síntomas
Los síntomas de la salmonelosis provocada por Salmonella aparecen de repente y pueden ser:
- Diarrea acuosa.
- Malestar.
- Fuertes dolores de estómago.
- Vómitos.
- Dolores de cabeza.
- Fiebre (en algunos casos).
- Escalofríos (poco frecuente).
El estado general de salud ya se encuentra deteriorado pocas horas después de haber contraído una infección por Salmonella, dando la sensación de enfermedad. Por lo general, los síntomas desaparecen pronto y las diarreas dejan de producirse tras dos o tres días desde el inicio de la infección, en algunos casos puede llegar a ser de una semana. Los afectados se recuperan pronto, normalmente cuando se recupera el equilibrio de la pérdida de líquido causada por la infección.
Diagnóstico de la Salmonelosis
En la mayoría de los casos la infección por Salmonella es leve, con un proceso diarreico de una duración determinada, por lo que no requiere ningún tipo de estudio diagnóstico pero en determinados casos es necesario identificar la bacteria mediante alguno de los siguientes procedimientos:
- Mediante coprocultivo: Se analizan las heces para aislar la Salmonella. Sería el método para el diagnóstico de la gastroenteritis por esta bacteria. También resulta de gran utilidad una vez finalizado el tratamiento para reconocer a aquellos individuos que resulten ser portadores crónicos.
- Mediante hemocultivos: Esta técnica es útil en los casos graves, como la fiebre tifoidea, en los que la Salmonella pasa al torrente sanguíneo. En estos casos, suelen resultar positivas las muestras recogidas durante la primera semana de la infección.
- Serología o determinación de anticuerpos: Es poco útil en esta infección, incluso en aquellos pacientes no tratados.
Tratamiento de la Salmonelosis
El tratamiento de la salmonelosis consiste básicamente en restaurar la pérdida de líquidos y electrolitos causada por lo vómitos y la diarrea. Además de compensar la pérdida de agua y del contenido de minerales se recomienda mantener una buena higiene, lo que favorecerá la curación.
Generalmente no se recomienda tomar antibióticos ya que no acortan el periodo ni los síntomas de la enfermedad pero, en determinados casos como niños recién nacidos, personas mayores de 50 años, pacientes inmunodeprimidos o con diarrea grave y fiebre alta o problemas cardiacos se recomienda ciprofloxacino (500 mg/12 h), trimetoprim-sulfametoxazol (160/800 mg/12 h) o amoxicilina-clavulánico durante 3 días.
Alimentación durante la Salmonelosis
Durante la fase aguda de la salmonelosis se recomienda la reposición de los líquidos perdidos y el consumo de alimentos astringentes. Para conseguirlo se puede utilizar tanto sueros orales (de venta en farmacias) como agua o infusiones (té o manzanilla).
Mientras perdure la sintomatología conviene evitar las frutas y las verduras crudas (excepto aquellas que sean astringentes), así como las legumbres, productos integrales y todos aquellos alimentos que contengan altas cantidades de fibra.
Como durante la infección el aparato digestivo sufre irritación se recomienda métodos de preparación suaves como el hervido, la plancha o el papillote, sin mucha grasa ni especias.
Los alimentos más aconsejados durante esta fase son:
- Arroz, patatas y zanahorias cocidas.
- Pan tostado.
- Manzana rallada con un chorrito de limón, en compota o al horno.
- Pollo o pavo sin piel y pescado blanco hervidos o a la plancha.
- Yogur natural sin azúcar: puede probarse cuando los síntomas empiecen a remitir.
- Agua, infusiones (evitar las diuréticas y laxantes, como cola de caballo, sen, fucus, etcétera), agua de arroz y zanahoria, suero oral.
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